xxiii. heavy is the head

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—Tendrá que ser por caminos secundarios, la carretera esta inundada. —Jackson intervino acercándose a ellas. Alexandra inhaló con fuerza, tenía todo el sentido, si esa lluvia seguía todo el territorio estaría inundado retrasándolos aún más.

Un relámpago estremeció a todos cuando resonó en sus oídos. Alexandra miró, en lo que podía, al cielo. Aquella lluvia estaba lejos de detenerse.

—Iremos por los caminos secundarios —indicó al bajar la cabeza. Jackson y Hayley la miraban para cuando Alexandra miró a los lobos bajo su protección —. Tenemos que movernos.




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Elijah Mikaelson observaba la lluvia torrencial que hacía acto de presencia al otro lado de la ventana. En una acción simple, sacó su celular asegurándose de que no había ningún mensaje sin leer, siendo así el hecho. Pero con claridad, el vampiro Original esperaba una llamada de Hayley o Alexandra, no obstante, esto ya no era parte su realidad. En la realidad que los apremiaba ellos debían vivir con el hecho de que las Labonair ya no eran parte de su familia, que ellas tenían su propia familia que proteger. Aunque los Mikaelson no descansarían hasta que Hope estuviera a salvo.

—Esta hecho —la voz de Rebekah pronto coló en sus oídos obligando a que se deshiciera del celular guardándolo en su americana. La Original, acompañada de Marcel, se adentraron en el estudio —. Ya no estoy vinculada a los niños. El Aquelarre está agradecido, y todo antes de que la lluvia nos impidiera seguir avanzando.

Elijah asintió tranquilo, finalmente su hermana no cargaba con ese peso. —Espero que Davina cumpla con su parte del trato.

—Muy a pesar de mi concejo...

—. Deja de ser tan sobre protector —interrumpió. Había visto como él había intentado convencer a Davina de que la locura de ser regente de los Nueve Aquelarres era eso, una locura —. Como regente se le concederá el poder para poder resucitar a Kol y para unir a las brujas por nuestra causa. —recalcó las bases fundamentales del plan que Vincent Griffith le había mostrado a Davina lo cual Rebekah apoyaba al cien por ciento. Kol regresaría, no había mejor noticia que esa, y como plus ella cumpliría su promesa.

—No abras la champagne aún —desanimó a lo que Rebekah rodó los ojos. Si alguien quería ser el negativo, ella no tenía ánimo de convivir con esa persona. Por ahora, todo estaba saliendo de acuerdo al plan —. Dahlia prometió venir por la niña al anochecer, y de la nada se desata una tormenta. ¿De verdad creen que todo es casualidad? —alternó la mirada con los presentes para dejarla sobre Rebekah, quien, ciertamente no podía dejar pasar por alto aquel clima. Esa era una clara señal de que algo no andaba nada bien.

—Por poderosa que sea, tenemos que acabar con esto ahora —señaló. Contra viento y marea, ellos pelearían. Hasta su último aliento, Elijah Mikaelson protegería a su sobrina de cualquier ser que intentará lastimarla —. Por suerte, tenemos un arma.

—No pretendo ofender a nadie. —Marcel estaba dudoso de aquel plan, puesto que, si las historias de Dahlia eran verdaderas. Ellos tendrían que ser más sabios, más ágiles —¿Pero realmente vamos a poner todos nuestros huevos en una canasta todavía misteriosa?

² 𝐖𝐈𝐂𝐊𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu