Capitulo 1

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Había llovido. Durante toda la noche había escuchado los golpes de las gotas de lluvia contra las ventanas de la casa. Los rayos y truenos se sucedían unos a otros sin casi dejar décimas de segundo entre ellos. El viento había arremetido contra todo lo que había puesto su alcance. Parecía que la tormenta no iba a terminar nunca, pero al despertarse por la mañana y abrir las ventanas todo parecía distinto. El sol entraba a raudales, el aire fresco, suave y húmedo le llenó el cuerpo trasmitiendo la paz y la serenidad, los pájaros revoloteaban por doquier entonando distintas y alegres melodías.El río, que por la noche, bramaba y luchaba por salirse de su camino ahora parecía un tranquilo lecho de agua. Los árboles que parecían que iban a romperse, que no soportarían, que caerían, que se rendían bajo la fuerza del viento parecían esa mañana más fuertes y poderosos que nunca. El cielo, manta oscura que tanto atemorizaba, se había transformado en una sábana azul y blanca tan pura que parecía imposible. Sólo quedaban de esa noche, como fósiles de un pasado que parecía tan lejano, charcos por el camino y alguna que otra tabla de la verja arrancada. Parecía milagroso que todo lo que le rodeaba hubiera sobrevivido a aquella tormenta.

Pero eso ya no sorprendía a Javier, había visto tantas mañanas como esa, había tenido tantos temporales ... Ya no le sorprendía. Ya no le alucinaba como la primera vez. Ya no le fascinaba como aquella mañana de julio hizo tantos años ya ... Nada menos que cinco años...Aunque, a veces le parecía que había sido una semana antes y, sin embargo, él había cambiado tanto ... Ya ni se reconocía en aquel muchacho que era un día, ya no se encontraba en el reflejo que le devolvía los espejos.

Ya era bien entrada la mañana cuando se despertó aquel día. Esa noche casi no había dormido por culpa del viento y los truenos que habían hecho un ruido ensordecedor. Se quedó unos instantes tumbados en la cama mirando el blanco techo. Nada más abrir los ojos habían atacado su mente una gran cantidad de pensamientos y eso no era muy normal. Lo habitual era que, nada más despertarse, su mente estuviera aún viajando unos segundos por sus sueños, intentando recordarlos a la perfección para olvidarlos, la mayoría de las veces, en unos segundos en los que él estaba aún algo desconcertado.

Se sentó en la cama mientras se restregaba los ojos. Luego se levantó casi de un salto. Abrió los ventanales de su habitación y aspiró con fuerza. Era julio, julio de 2001, y el sol brillaba como si ya estuvieran a principios de agosto. Se estiró, tenía todo el cuerpo como agarrotado y era una sensación tan molesta ...

Le encantaba la vista que desde ahí se habían quedado. Era la mejor vista de toda la casa y, sobre todo, le traía muy buenos recuerdos. Era desde donde había contemplado por primera vez ese lugar. Desde donde había visto por primera vez las afiladas montañas llenas de vegetación que rodeaban por completo el pueblo; desde donde había visto esas casas bajas de tan distintos colores y formas pero sin perder, en el fondo, aquella estructura tan habitual en Galicia con esas terrazas típicas que tanto habían llegado a gustarle con el tiempo; donde ella solía sentarse... 

Suspiró y se fue directo al baño. Cerró la puerta y se metió en la ducha. El primer chorro salió helado y le hizo dar un leve brinco, menos mal que rápidamente se templó. Tras ducharse y cambiarse bajó al piso inferior donde había nadie. Sus padres estarían trabajando por lo que tenía absoluta libertad.

Se metió en la cocina y abrió el frigorífico, se quedó un rato observándolo en silencio, sin hacer nada. Luego regresó a cerrarlo, no tenía nada de hambre y tampoco le apetecía nada de lo que había en él. Fue al salón y encendió la televisión. Luego se acercó a una de las ventanas. Ese día se sabía extraño y no sabía por qué. Era un cosquilleo, algo que no sabía muy bien qué era pero que no le gustaba y lo peor de todo es que esos presentimientos que, de vez en cuando tenía, no solía fallar. Y, a pesar de eso, no aprendía  porque no los hacía caso; cuando su sexto sentido (o como quisieran llamarlo) le avisaba sobre algo, sobre todo si era la primera impresión que le daba una persona, no solía fiarse. Le gustaba dar segundas oportunidades, no le gustaba tachar a la gente sin conocerla, ponerle etiquetas rápidamente ...

A veces tenía que haber hecho caso a ese sexto sentido, tal vez se habría librado de muchos problemas y su vida en ese momento sería muy distinta. Aunque, tal vez, se hubiera perdido conocer a una de las muchachas más fascinantes del mundo. A pesar del tiempo que había pasado desde que se fue de allí, aún la tenía en la mente cada día, cada hora, cada minuto; no se la podía sacar de dentro. Cada noche, entre sueños, esa imagen se le aparecía, mirándole con esa sonrisa pícara que le dedicó la primera vez que hablaron. Y cada vez que entraba en su habitación la confundía con las sombras, le parecía sentir su aliento, su respiración al lado de él ... Y le fastidiaba. Él ya no era el muchacho que había llegado había tantos años. No. Su vida había cambiado tanto ...

 Y desde que ella no estaba todo era mucho más fácil y sencillo. Era feliz De eso no había ninguna duda. Estudiaba psicología en la ciudad, lo que siempre había querido hacer, y le iba muy bien; tenía un grupo de amigos estupendo con los que se lo pasaba muy bien; su novia era maravillosa y la quería con locura; su relación con sus padres había mejorado mucho ... Y, sin embargo, había muchas veces que sentía un hueco en el alma, que sentía que le faltaba algo ... Había muchas veces que la buscaba donde sabía que no estaba.. .



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¡Ya hemos empezado! Y os aseguro que me he vuelto un poco loca... Al pasar el texto de word a la plataforma cambia muchas palabras (¡incluso frases!). Espero que no se me haya pasado nada...

Ya conocéis a Javier... En nada irán saliendo el resto de los personajes...

¿Vosotros os fiaís de vuestro sexto sentido? 

Javier dice que quiere a su novia pero no olvida a alguien de su pasado... ¿Queréis saber a quién y por qué? 

¡Seguimos en el siguiente capítulo!

Tras la tormentaOnde histórias criam vida. Descubra agora