El hechicero y la pequeña burbujita

El futuro cambiante

He sido capaz de ver cada universo posible... Y en cada uno siempre me robó el aliento aquella maravillosa mujer.

Ella hará grandes cosas por los nueve reinos. Las personas pronunciarán su nombre con admiración, los niños sentirán que la paz nunca se apartará si ella está presente.

Es la mujer más hermosa, su belleza es indescriptible. ¿Quién podría ser capaz de describir la perfección de la aurora boreal y no demeritar su belleza? Sencillamente, no sería capaz de hacerle justicia. Ni siquiera yo que soy poseedor de grandes conocimientos soy apto de hablar de ella sin fracasar en el intento...

Poseedora de un precioso par de brillantes esmeraldas que curiosas descubren el mundo que le rodea, su tez es deliciosamente pálida, suave y tersa... Sobre sus hombros luce una preciosa cabellera dorada. Su voz es dulce como la miel, melodiosa, fina y educada. Dueña de una figura esbelta y delicada, que sin lugar a dudas te inspira un profundo deseo de protegerle.

No creerías que alguien así pueda existir, su creación misma era imposible y moví cada hilo para que tuviera un final feliz.

He visto al hombre a su lado, juntos son un equipo perfecto. Es un futuro que anheló fervientemente, ser el que cuidé sus pasos...

Pero también mi corazón vive en angustia, he mirado lo que ella llegará a ser, su camino no cambiará pues su fuerza de voluntad es inquebrantable... En esta ocasión no seré capaz de mover los hilos al futuro que le hará dichosa pues cada uno la lleva a la felicidad, la única variante es quien sostiene su mano....

Me asusta que el que le haga feliz no sea yo, me aterra pensar que aquel que sonríe y cuida de ella, no soy yo...

¿Cómo es posible que en la vida de este ser único existan dos personas que le amaran con devoción?

La moneda está en el aire dando vueltas sin cesar y sólo quiero saber si seré yo o él quien obtenga el corazón de ella.