xix. calm before the storm

Start from the beginning
                                    

—Seguramente a donde se llevó a los otros brujos —resaltó Alexandra alternando la mirada con los presentes —. Donde a de tener a Davina. —agregó con un poco de miedo. Cuando Marcel le informó sobre ello pronto temió. El saber que la joven Claire estaba en peligro la invadió de desesperación. Eva había tomado la mejor mano de cartas.

—Un lugar que nadie a sido capaz de encontrar en dos años. —Elijah fue el notificador de aquellas palabras siendo completamente ciertas. Si nadie había podido encontrar el lugar en todo ese tiempo, cómo lo harían ellos en esas pocas horas que les restaban. Del bolsillo de la cazadora de Marcel pronto se escuchó una melodía llevándolo a alejarse del grupo.

—Podemos hacer un hechizo localizador —propuso con inmediatez la Alfa. Los demás la miraron con cierto escepticismo —. Eva no se espera que tengamos una bruja de nuestro lado. Layna hará el hechizo, y así podremos dar con el lugar. —expuso. Elijah asintió sin titubear, como había resaltado antes, él no iba a abandonar a su hermana a la suerte.

—No será necesario —Marcel atrajo la atención de todos los cuales lo miraron con confusión —. Vincent Griffith a llamado, dice que a encontrado a todos los brujos. Pero que tenemos un problema.

Elijah frunció el entrecejo. —¿Y cual es el problema?

—Necesitaremos a alguien con mucho poder.




━━━━━━━━




Para cuando reaccionó su cuello no había dejado de doler a lo que pronto retazos de como Elijah había llegado demandando por la ayuda de Freya, y como la misma se había soltado de las cadenas anti-magia para después partirle el cuello, pronto lo golpearon en el rostro. Se colocó con rapidez de pie para luego mirar a su alrededor comprobando que aquello no había sido su mente, en realidad había sucedido. Freya le había roto el cuello, Elijah había venido por su ayuda. Eso lo enojó.

—Te recuperas rápido, pero ya se han ido. —la voz de Esther se coló por sus oídos llevándolo a tomar una gran inhalación. Esther se dio la vuelta para ver a su hijo quien le daba la espalda.

—Te hipnoticé para decir la verdad, no para establecer lo malditamente obvio. —la irritación se notaba a leguas. Su madre era su persona menos favorita en el mundo a pesar de que había ido con ella para comprobar las palabras de Freya. Él sabía que si su madre le decía que estaba mal, algo peor estaría sucediendo.

—Ella los envenenará en tu contra. Lo sabes. —continuó ignorando las palabras de Klaus. Él, por su parte, se dio la vuelta después de haber puesto sus ojos en blanco.

—¿Y de pronto te importa, no? —cuestionó de mala gana. Él lo sabía, esa era la razón por la cual había ido ahí en primer lugar. Él no confiaba ni en una minúscula parte en Freya, pero últimamente su confianza en las demás era nula. Ni en su propia familia confiaba ya.


« Otras veces el demonio nos controla... »

² 𝐖𝐈𝐂𝐊𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Where stories live. Discover now