3. Una foto

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"El que persevera, alcanza. Menos en el amor, a esa cosa nadie le entiende".

 Menos en el amor, a esa cosa nadie le entiende"

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El silencio es incómodo.

Muy incómodo.

Sus ojos azules me atraviesan por completo, acompañado de la línea recta de su boca y sus cejas fruncidas.

Está molesto, eso es entendible. Y parece odiarme.

¿Te parece?

No es un buen momento para tus burlas, conciencia. Enfócate.

Vale, vale... ¿Qué es lo que tenemos?

Una situación... no muy favorable.

Me encojo en el sofá de cuero, mientras abrazo al perro desmayado entre mis brazos, rogando para que despierte y me salve de este momento. Él aún se encuentra a varios metros de mí, procurando guardar distancia de esta loca... que estuvo molestándolo todo el día.

El departamento de Iara se siente mucho más pequeño y sofocante con su presencia; y nuestra incomodidad es bastante notable. Y ella parece darse cuenta.

—¿Pasa algo? —inquiere, mirándonos a ambos—. ¿Se conocen?

—No.

—Sí...

Nos volvemos a mirar y esta vez el silencio reina.

¿Cómo rayos terminé así?


11 horas antes...

Bostezo.

Definitivamente odio despertarme temprano. Pero es algo que necesito hacer si quiero demostrar responsabilidad. O eso quisiera decir, si no fuera porque en realidad...  esa carrera no se va a cursar sola.

Aún seguimos en verano, pero ya se siente la llegada del otoño y con él... el frío. Solo para asegurarme saco mi mano por la ventana y casi chillo por la brisa helada mañanera que me recorre de pies a cabeza en cuestión de segundos.

Nop, definitivamente no me baño.

Mientras me alisto, puedo observar a mi hurón durmiendo plácidamente en mi cama, sin problemas que lo atormenten ni lo obliguen a tener que levantarse a las siete de mañana, como su servidora. Se tira un pedo, de lo cómodo que está el infeliz.

Este Rogellio... Debe estar lleno de toda la lasaña que tragó anoche.

Con Petra iniciamos una nueva tradición: Los domingos son noches de pasta.

Así que ayer fue un bonito día de convivencia entre nosotras y hasta podría decir que hemos formalizado nuestros lazos, tanto de amistad como de roomies.

Termino de vestirme y salgo de mi habitación lentamente, cerrando la puerta con mucho cuidado y en completo silencio. Trato de evitar hacer cualquier tipo de ruido, para no despertar a los bellos durmientes que se desvelaron anoche tirándose una maratón de Gossip Girls. Nunca pensé que Rogellio se llevaría tan bien con Petra. Y es un gran alivio, al menos así, dejará de lado sus intentos suicidas y quizás le dé una oportunidad a Manhattan.

HADES | Dioses latentes #1 (PAUSADA POR CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora