Capítulo 1: Ausencia parte I

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El Patriarca Yiling ha muerto.

Era una de las frases más escuchadas después de que se realizo el último asedio en los Túmulos Funerarios, muchos pensaron que este con su cultivación demoníaca había escapado, pero al ver que no había ninguna señal de su cuerpo ni su alma, dieron por afirmado su muerte.

Para muchos fue todo un éxito que el temerario Patriarca Yiling haya muerto, incluso celebraban con grandes banquetes el éxito de su plan, pero no todos alegraban su muerte. En los Recesos de la Nube, se encontraba una persona que se lamentaba no haber dado mas por su amado. Uno de los jades se encontraba postrado en cama, después de recibir treinta tres latigazos lo castigaron a estar 3 años en reclusión total.

Las ultimas palabras que pudo escuchar de Wei Wuxian fueron: piérdete, las tenia tan impregnada que cada día se le venia ese recuerdo tan desastroso.

-Wei Ying, yo te protegeré - decía Hanguang-jun en desesperación por protegerlo a toda costa.

-Piérdete. - respondió Wei Wuxian.

Hanguang-jun tomo sus manos y levanto su vista, al levantarla lo único que logro ver fue una mirada vacia, ya había visto esa mirada antes; después de tres meses que Wei Wuxian había pasado en los Túmulos Funerarios y su primer encuentro luego de no haberse visto por muchos meses, ya no era la misma persona. Pero a diferencia de esa vez, a la de hoy, al menos Wei Wuxian aún conservaba un poco de brillo en sus ojos, al momento que veía su Shijie. Pero esta vez, podía ver como su alma había muerto.

-Wei Ying, estoy aquí, no dejare que nadie te lastime-. Wei Wuxian aparto las manos de Lan Wangji y volvió a decir lo mismo de antes. -Piérdete.

Lan Wangji había entrado en desesperación, al ver a su amado en ese estado, le dolía en lo mas profundo de su corazón, quería hacerle entender que no estaba solo en este mundo, que aun lo tenia a él, que, si se mantenía con él, no dejaría que nadie mas le hiciera daño. Pero la mala comunicación, y el poco tiempo no le permitieron a Lan Wangji revelar sus sentimientos a tiempo.

Pero dentro de el aun tenia la esperanza de que si se lo decía ahora, aun podría hacer algo. Volvió a tomar las manos de Wei Wuxian y decidió revelar esos sentimientos tan escondidos dentro de él.

-Wei Ying, yo... yo te amo.

Nunca pensó revelar sus sentimientos de esta manera, en especial por la situación en la que ambos se encontraban, pero era la única manera de hacerle saber a Wei Wuxian, que había alguien en este mundo que, si lo amaba, que lo protegería y que hasta daría su vida por la de él.

Al ver que recibió ninguna respuesta de parte de Wei Wuxian, Lan Wangji decidió actuar como su corazón lo dictaba. Con una de sus manos, agarro su mejilla, mientras que la otra sostenía sus manos. Lan Wangji miraba detenidamente el rostro de Wei Wuxian, primero se encontró con sus ojos grises, que ahora no eran más que dos cuencos vacíos, veía las manchas de sangre que ensuciaban ese bello rostro, y por último vio sus labios, que ahora lo único que formulaban eran tristeza y dolor, añoraba volver a verlo sonreír.

Estaban cubiertos de sangre, saco su pañuelo y decidió limpiarlos con sumo cuidado, como si fuera el jarrón más delicado de todo el mundo. Mientras limpiaba decidió pasar su pulgar encima de sus labios, y noto lo agrietados que estaban, acto seguido de esto, decidió depositar un tierno beso en ellos.

No hubo ningún tipo de reacción. -Wei Ying, déjame estar contigo, prometo que te sacare de esta situación- Lan Wangji ya no pudo sostener más sus lágrimas.

Tenia muchos sentimientos acumulados en su interior, ni él supo que era lo que sentía, acaso era ¿rabia? ¿decepción y angustia? El hecho de que no podía hacer más por la persona que el amaba, muchos de esos sentimientos rondaban por su cabeza día y noche, lamentándose si hizo lo suficiente esa vez.

Recuerdos de la vida pasadaWhere stories live. Discover now