—¿Entonces ya te vas? Es muy pronto, solo falta media hora ___-chan.
—Perdón si es muy repentino pero mi mamá me ocupa en casa, mañana prometo limpiar el club ¿Si?
—Bueno... ¡Pero lo cumples!
—¡Si adiós!
Todo era mentira, ___ Ishikawa cursaba último grado de preparatoria, siempre intentaba irse pronto para escuchar aquella voz angelical del club de canto, donde siempre salían pronto a excepción de aquella persona que la enamoró solo por escuchar sus dulces melodías.
Siempre alrededor de las 4:30 ella se sentaba justo afuera del lugar, con los rayo anaranjados del sol iluminando frente de ella, se recargaba en la pared y siempre dibujaba como ella creía que sería aquel chico, a veces lo dibujaba igual, otras ocasiones muy extraño y muy pocas como un lindo perrito.
Antes de que él terminé de cantar ella guarda sus cosas en silencio y bajaba rápidamente las escaleras para finalmente irse a su casa, dónde tendría por el resto del día la voz de su enamorado misterioso.
—Bien, limpias el club, lo prometiste ayer, nos vamos, bye bye. —Sus amigas y compañeras se fueron del club.
Ella preparó cubetas, trapos y detergentes; su club es de arte y pintura, por lo cuál había mucha pintura por el suelo y paredes, limpiar todo le tomaría tiempo, eso significa que ese día no podría escuchar al chico del club de canto.
Aún que limpió todo de mala gana terminó justo en media hora, ya eran las 5:00 y ningún estudiante debía estar ya en la preparatoria, guardó sus cosas acomodó todo y pasó justo por el club de canto al menos para ver si estaba aquel chico, y la melodía que tanto le encantaba resonó por sus oídos.
Ella sabía que no podía estar en aquel lugar mucho menos por qué ya era tarde, pero sin pensarlo sacó su libreta un lápiz, se sentó en el suelo como siempre y comenzó a dibujar, sonreía en silencio, trazaba, borraba y volvía a trazar, la punta se desgastaba rápido, pero no le impedía dibujar aún con el trazo del lápiz grueso.
La concentración que tenía en su dibujo fue tanto que olvidó a quien escuchaba en ese momento, ya no cantaba nadie, se asustó al escuchar la puerta arrastrarse para ser abierta y por primera vez en semanas, vio al chico perteneciente de aquella voz tan angelical.
—Asi que eres tú, eres la chica del salón B.
—¿Me conoces? —Apenas pudo preguntar.
—Si, el día que yo llegué a esta escuela tu te caíste de las escaleras justo cuando yo bajaba, además escuchó siempre a alguien dibujando, no le tomé importancia por qué no me molestaba.
—¿Te estoy interrumpiendo? Perdón, yo ya me iba de todos modos. —Guardó todo de prisa, su corazón palpitaba demasiado.
—¿Estás en el club de dibujo? —Se recargó en la puerta.
—Si... —Juntó el lápiz que se le había caído pero él lo tomó antes que ella.
—¿Puedo ver tu dibujo? —Estiró su mano para poder agarrar la libreta.
—E-esta en proceso, así que no sería bueno mostrartelo cuando no lo e terminado. —Escondió el cuaderno en su espalda.
—Solo un pequeño vistazo. —Rapidamente le arrebató el cuaderno a la chica.
—¡Dije que aún no está terminado!
—Sip, eres tú, la chica del salón B, ví tus dibujos en el día del festival escolar, tu club mostró pinturas y escuché que una de las pinturas que más me gustó a mi lo habías echo tú, dijeron: "fue la chica que cayó de las escaleras el día que llegaste" y fuiste algo incógnita por qué no te volví a ver.
—Será mejor que me vaya, no quiero causarte molestias. —Intentó agarrar su cuaderno de nuevo.
—Terminalo, quiero ver cómo dibujas. —Alzó el cuaderno haciendole imposible agarrarlo.
—¿Que? ¿Quieres ver cómo dibujo?... Con una condición.
—No tengo dinero, si eso es lo que quieres.
—No es algo material lo que quiero, canta mientras dibujo.
—¿Que cante? Bueno. —Le entregó el cuaderno.
Ambos se sentaron en el suelo, ya era hora en que todos los estudiantes salieran del campus y sin embargo ellos estaban ahí, Soraru cantaba bajo cerca de la oreja de la chica, le ponía nerviosa que estuviera tan cerca de ella y concentrarse en el dibujo le parecía difícil, apesar de los miles de errores que cometia borraba y volvía a dibujar una y otra vez.
—Ya está, solo es un boceto pe——
—¿Soy yo? —miró atentamente el dibujo.
Inconscientemente había dibuja al chico de la voz angelical, ahora que había visto su rostro y apariencia ya no salía de su cabeza, no dijo nada, solo observó al chico de reojo.
—Soraru. —La miró sonriendo.
—¿Eh?
—Llamame Soraru. —Se levantó entregándole el cuaderno.
—Oh, si... —Tomó el cuaderno y lo guardó en su mochila.
—¿Mañana vendrás otra vez?
—Obvio que no, los miércoles nunca vienes a tu club. —Guardó todo y al darse cuenta de sus palabras lo miró con susto.
—Que linda jaja te sabes mi horario. —Sonrió.
—¡P-perdón! No quiero que pienses que soy una acosadora... —Tomó su mochila.
—¿Acosadora? No creo que lo seas, oye ¿Para donde vives? —Entró al salón para tomar su mochila y regresar con la chica.
—Pues saliendo de la escuela, derecha todo derecho hasta llegar al puente doy vuelta a la izquierda hasta llegar a mi casa.
—Yo vivo del puente a la derecha ¿Te molesta si te acompaño hasta el puente?
—Por supuesto que no me molesta. —Sonrió.
Ambos bajaron hasta los casilleros de la entrada cambiando sus zapatos, ninguno de los hablaron hasta salir de la escuela.
—¿Por qué te cambiaste de escuela a mitad de semestre? —Preguntó la chica.
—Nos mudamos de ciudad, vivía en Tokio con mis tíos pero mis papás encontraron una casa acá barata.
—¿En serio? ¿Tokio? ¡Que genial! Cuando sea mayor quiero vivir en Tokio.
—Jaja yo también, vivir en una prefectura tranquila me hace sentir extraño, me acostumbré a esa ciudad ruidosa.
—Pero aquí es un lugar muy bonito, para el centro de la ciudad hay negocios antigüos con esa atmósfera cultural.
—¿Si? Bueno, entonces un día tendrás que llevarme, e ido al centro pero nunca e visto ese lugar.
—¿Oh? ¡S-si! Con gusto te llevo, dime día y hora y vamos juntos. —llegaron al puente, ambos se detuvieron.
—¿Cuál es tu nombre? —La miró sonriendo.
—Ishikawa ¡___ Ishikawa! —Hizó una reverencia ocultando su rostro sonrojado.
—Ishikawa-chan, nos vemos el jueves. —Se despidió de ella dando vuelta a la derecha tal y como había dicho.
—Adios... —Levantó su rostro para verlo irse.
Contenta y llena de emoción corrió hasta su casa para escribir en su diario todo lo que había sucedido, al fin pudo hablar con el chico de la voz angelical, ahora deseaba salir con él en un futuro cercano.
BẠN ĐANG ĐỌC
✨💌« El resplandor de tu voz »💌✨
FanfictionÚltimo año de preparatoria, semestre nuevo. ___ quien después de estar en su club concluye su día y se dirige a la entrada no sin antes escuchar a diario aquella voz que tenía escuchando desde hace varias semanas, un canto el cuál mostraba calidez e...
