XIX

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La noche transcurrió lenta, daba vueltas sobre mi cama sin poder conciliar el sueño

En mi mente solo se repetía el rostro de la señora Robinson, la sorpresa mezclada con enojo.

No tenia idea de lo que había pasado después, necesitaba asegurarme que Lucas se encontrara bien.

Decidido salí de mi habitación, me dirigí a las escaleras, eran las dos de la madrugada y no podía arriesgarme a que alguien escuchara el elevador, aunque las escaleras solo me llevarían al piso, aún tenía que averiguar cómo entrar sin que sus padres me descubrieran

La idea pasó por mi mente rápido, como una flecha atravesando mi cabeza, la escalera de incendio, me acercaría lo suficiente a la ventana de su habitación, después solo tendría que saltar al pequeño balcón de su habitación.

Después de encontrarme a unos metros del balcón, la idea comenzó a sentirse como una muy mala, eran 6 pisos, el riesgo era demasiado, un mal movimiento y no volvería a ver a Lucas nunca.

El balcón se encontraba a lo que a mis ojos parecieran 10 metros de distancia, cuando en realidad solo eran un par, pero mi urgencia de ver su rostro eran más grandes que el miedo, tomé impulso desde la orilla de la escalera y sin pensar dos veces impulse mi cuerpo lo más que pude.

Con mis manos me aferraba a la orilla del balcón, "no mires abajo" me ordené a mismo, pero mis impulsos me obligaron a hacerlo, mi vista se nubló y sentí un leve mareo, debía subir y ponerme a salvo antes de que toda la adrenalina abandonara mi cuerpo.

Me tomo un par de minutos recuperar el aliento y controlar aunque fuera un poco mi respiración, toque levemente el cristal de la puerta corrediza, unas cortinas azules me impedían ver dentro de la habitación, volvió a tocar despacio con el miedo invadiendo mi cuerpo, mi corazón se acelero más al escuchar unos pasos del otro lado del cristal.

- Lucas soy Sebastián- aseguré mis palabras, sin hablar muy fuerte

Con una mano movió la cortina y pude ver su rostro, su nariz estaba un poco roja y por sus mejillas aún corrían lágrimas, me rompió el corazón verlo así, con su otra mano buscó el seguro de la puerta, la recorrió despacio y justo cuando hubo espacio suficiente para que mi cuerpo pasara lo envolví en un abrazo.

Lo escuché sollozar en mi pecho, mi mano se encontraba firme en su espalda baja, y con la otra acariciaba su cabello.

- Sebastián, lo siento- jamás hubiera querido escuchar su voz de esa manera, llena de tristeza y dolor

- No Lucas, no tienes por que sentirte culpable- intente consolarlo de alguna manera pero nunca fui bueno para eso.

- mi mamá dice que es un pecado, una abominación, que dos hombres jamás deberían enamorarse- escucharlo decir todo eso solo confirmo más mi miedo

- y que piensas?- necesitaba escuchar que me dijera que a pesar de todo aún queria estar a mi lado

Tomo aire, queriendo preparar sus palabras

- No lo , no creo que sea pecado algo que me hace tan feliz, creo que Dios perdonaría si de amor verdadero se tratara, solo se que no quiero apartarme de tu lado Sebastian-

No pude contener más las lágrimas, sus palabras me habían causado una gran felicidad,  siempre estube seguro de lo fuerte que eran mis sentimientos, saber que el se sentía igual me hizo nuevamente dichoso.

- besame- me ordeno y como fiel esclavo le obedecí

En sus labios suaves se podía probar el leve sabor salado de las lágrimas que tuvieron la dicha de perderse en ellos, y ahí me encontraban yo, al igual que esas lágrimas, perdido.

- Te amo Lucas- le susurré entre sus labios

Me separe un poco de aquel paraíso, para ver su reacción, su rostro de sorpresa se transformó, cuando una sonrisa se dibujó en sus labios

- Te amo Sebastian- aseguro provocando miles de emociones dentro de

Volvi a besarlo sellando aquel contrato que sin darnos cuenta se convertiría en un pacto

- no me dejes- me dijo con palabras llenas de Soledad

- Jamas- le asegure

...

Tus Pecas y las estrellasWhere stories live. Discover now