Profundamente fría #1✓ [Sin Editar]

Una voz en mis sueños.

                      “Los sueños parecen al principio imposibles, luego improbables y cuando nos comprometemos se vuelven inevitables” (Mahatma Gandhi).

Llegamos al famoso búnker y puedo decir que no se ve nada mal, es inmenso y bonito, las paredes son de colores blanco, gris y negro, eso me encanta ya que le da un toque elegante y maduro. Sigo caminando y puedo ver que hay más personas aquí, desde adultos hasta niños, algunos se encuentran corriendo y jugando, mientras que los adultos se mantienen vigilándolos, desvío mi mirada hacia los demás y noto que el tal Darían nos dirige mientras habla, decido prestarle atención.

- Por aquí se encuentra el comedor - dice señalando un inmenso espacio donde hay varias personas comiendo. Algunos dejan de comer para observarnos con curiosidad.

- Está es la sala de juegos - señala otro espacio pero en este no se encuentra nadie y tampoco veo juegos.

- Por aquí los dormitorios - señala un pasillo a su izquierda, donde solo se pueden ver puertas y más puertas. Desvío mi mirada y la poso en el pasillo derecho en el cual solo se ve oscuridad ¿Qué habrá allí? - bien... ¿alguna duda? de no ser a...

- ¿Qué hay por allí? - pregunto interrumpiéndolo mientras señalo tras de él.

- Sabía que alguno preguntaría eso, por allí cariño no hay nada, solo un viejo despacho en el que nadie puede entrar - me responde de manera severa.

- ¿Y por qué nadie puede entrar? - le pregunto.

- Pues porque está deshabilitado y nadie entra allí. Esta sucio, lleno de polvo y arañas - me dice mientras hace una mueca de repulsión. Asiento pero aún así tengo la necesidad de ir allí.

- Todos están cansados así que mi compañero Ian los estará guiando a sus dormitorios - habla mientras señala a su compañero Ian. Este lo mira con los ojos de par en par.

- ¿Yo? - pregunta dudando.

- Si, tú - se miran de una forma que no logro comprender, como si usarán un lenguaje secreto. Al final el tal Ian parece comprender y asiente totalmente convencido.

- Si, yo - habla de manera simple.

Darían se despide dejándonos solos con Ian, este último nos mira con una sonrisa incómoda mientras se rasca la nuca y suspira con mucho esfuerzo, ni siquiera entiendo porque se siente incómodo pero ignoraré eso por ahora.

- Al parecer los guiaré a cada uno de ustedes a sus dormitorios así que siganme - habla mientras empieza a caminar, nosotros lo seguimos - serán divididos en dos grupos, las chicas estarán en un dormitorio y los chicos en otro.

Al instante en que dice lo último los demás empiezan a quejarse como unos críos, esta situación se parece mucho a cuando asistía al instituto y el profesor nos separaba de nuestro amigo/a para después ponernos con alguien más e irónicamente siempre era con la que te caía mal, a mí nadie me cae mal de este grupo (sacando a Dereck)

- No puedes hacer eso - se quejó Nick.

- Pero ¿por qué? - se queja mi mamá.

- No voy a dormir con él - afirma un muy molesto Dereck.

- No me voy a separar de él - se queja Analía.

Y así siguen las lluvias de quejas mientras Ian intenta hablar pero ninguno los deja, decido intervenir.

- Chicos cálmense y hablemos uno a la vez - les sugiero. Los demás asienten.

- Yo no pienso dormir con este inepto - señala Dereck a Nick, el rubio lo mira muy ofendido.