Al final llegó a la sección de horóscopos. Esa era su favorita. Nunca se perdía la oportunidad de leer el suyo y después tratar de hacerlo realidad. (eso sólo había funcionado dos o tres veces)

Cáncer: El amor está por llegar a tu puerta. No hace falta sentirlo al momento, él solito te dirá "me gustas" a su estilo. Sé paciente y sonríele a la vida. Números de la suerte: ,2,4,5,10,23.

¿Creerle o no? A los quince años le dijo que el chico por el que había esperado tanto tiempo al fin le daría el sí y eso nunca pasó. 

–¡Xiaoxi! –gritó su madre de pronto –¿Puedes entregar este pedido? Fa Li aún no regresa de entregar el pedido anterior. Al cliente le urge.

–Sí má, ¿a dónde?

–Esta es la dirección. Ya me pagó, sólo hazle la entrega. Es para Doaming Si.

–¡Má! ¡No iré a entregarle a ese tipo! 

–¿Cómo que no lo harás? 

–No sé en qué concepto lo tienes, pero él es un ser verdaderamente engreído. Consigue a otra persona que vaya –con poca paciencia, la Sra. Chen tomó a su hija del suéter y dando un ligero pellizco en el brazo, logró conseguir que Xiaoxi saliera a entregar el pedido.

Durante el trayecto, ella maldecía la hora en la que Doaming Si había descubierto las costillas que vendía su mamá. A parte, ¿Para que tantas cajas de almuerzo?

Un rato más tarde, llegó hasta el lugar donde tenía que entregar las cajas. El lugar era frío, sombrío y un poco abandonado. Las tiendas locales estaban cerradas y las fachadas grafiteadas.

¿Qué era ese lugar? ¿Cómo alguien tan engreído como lo era Doaming Si estaría ahí?

Algo no le daba buena espina.

Entró al local número 15, subió unas escaleras bastantes altas y al llegar, buscó con la mirada a A-Si. El sitio donde se encontraba era similar al salón de billar al que fue con Gu Wei, Sólo que más grande, iluminado y sin gente que lo llenara con olor a tabaco.

Al fondo, de espaldas a ella, logró reconocer las rastas con las que ya tenía pesadillas.

–Aquí está tu pedido. Permiso –dejó las cajas sobre una mesa y dando media vuelta para marcharse.

–Espera –la detuvo –tengo que verificar que el pedido esté completo.

Xiaoxi se quedó en su lugar y se volvió a girar hacia Doaming Si.
Éste, se movió del y caminó hacia ella y las cajas.
Las contó una por una y al final, azotó la última sobre la mesa de millar.

–Parecen estar bien. Espero que su sabor sea único.

–Bien. Entonces me voy.

–¡Eh! No he dicho que ya puedes irte –una vez más, Xiaoxi detuvo su paso –Ten. Quiero que tires todas estas –extendió una bolsa con casi la mitad de cajas de almuerzo.

–¿Qué? –la rabia que sentía por él se empezó a duplicar casi en su totalidad –¿Por qué las vas a tirar?

–Porque son mías. Porque quiero y porque de todos modos ya las pagué. Da igual lo que pase con ellas después.

–¿Y por qué vas a desperdiciar la comida? ¿Sabes el esfuerzo que hace mi mamá para preparar cada una de estas cajas?

–Deberías agradecer que ayudo a la economía de tu familia. Y ya, vete –entregó la bolsa hacia Xiaoxi, golpeandola sin querer en el acto.

–¿¡Quién te crees que eres!? Seguramente tú nunca has vivido en la pobreza y no sabes lo que es sufrir de hambre.

–¿Que quién me creo que soy? Ja, soy Doaming Si, soy la mejor que puedas encontrar y también la peor pesadilla que puedas tener. Busca mi nombre en internet y encontrarás todo lo que necesitas saber de mí.

–Cuando llegué a Shanghái, me habían dicho que en la universidad de Mingde tenía una educación con calidad humana y que sus alumnos eran los mejores y brillantes. Al principio lo creí, pero ahora que he tenido la mala suerte de toparme contigo, creo que no todos lo son, te veo a ti y veo lo mediocre que puede ser tu vida siendo tan creído...

–¡CÁLLATE! –Doaming Si tomó una de las cajas que sobraban y la azotó en la cara a Xiaoxi.

Aguantando sus ganas de llorar, Xiaoxi se giró y echó a correr a toda velocidad de ahí.

Doaming Si, mientras tanto, se quedó perplejo en su lugar procesando lo que acababa de hacer.

Quiso correr detrás de ella para pedirle disculpas, pero ya se había marchado. Quizás ya iba lejos y claro, no lo iba a perdonar.

Ambos sentían coraje uno con otro. Xiaoxi se sentía dolida. Humillada. A-Si se sentía culpable. Era la primera vez que lo hacía. Xiaoxi había iniciado la pelea. Si ella no lo hubiera provocado, no hubieran llegado a eso.

Amor de Meteoritos [Pausada]Where stories live. Discover now