Olivia

«Es muy avanzado, pero con el tratamiento, podemos alargarte hasta dos años de vida»

Es raro esto que siento ahora mismo. Es como si en vez de andar, flotara.
Mi mente se encuentra en un lugar muy lejano de donde está mi cuerpo y las lágrimas recorren sin control mis mejillas, aunque por primera vez, no las siento.
Con los brazos extendidos y los ojos cerrados doy pequeños pasitos por las piedras que forman este estrecho bordillo.
Respiro sintiendo como el frío aire de diciembre me congela los pulmones y entonces sonrío, abriendo mis ojos color miel.

- Hay tantas cosas de las que nos quejamos los humanos Carolina- Digo recibiendo un extenso silencio a modo de respuesta que me hace seguir hablando.

- Que si el día tiene muy pocas horas, que si llueve, que si hace demasiado calor... Desperdiciamos tanto tiempo en cosas tan malditamente insignificantes que no nos paramos a pensar en que si en vez de pasar el 85% de nuestra vida diciendo lo desgraciados que somos, nos levantamos dispuestos a comernos el mundo, seríamos capaces de cumplir todo lo que nos proponemos e incluso más- Hago un pequeño descanso y después continuo hablando.

- Y no estoy diciendo que no habrá caídas, que no habrá rasguños ni lágrimas en cantidades masivas. Sólo intento decir que en ocasiones le damos demasiada importancia a cosas que realmente no la tienen. Y por lástima, la gente seguirá haciéndolo...

Respiro expulsando el aire lentamente y me detengo.

- Pero tú tienes que prometerme algo Carolina. No dejes que nadie, nadie, consiga quitarte el tiempo. Quiero que rías, que llores, que pelees, que viajes, que descubras cosas nuevas...Simplemente quiero que vivas. Que aproveches hasta el más mínimo segundo y agradezcas hasta el más mínimo detalle- Termino mirándole a sus azules ojos.

- Pero...- Comienza trabandose- Pero Olivia, ¿No puedes quedarte? Te necesito, si no estás ¿Cómo recordará todo esto? ¿Quién me levantará cuando tropiece?- Pregunta mi pequeña mirándome con ojos asustados.

Sonrio de nuevo limpiándome las lágrimas.

Voy a echarla de menos.

- No necesitas que esté yo presente para acordarte Carol. Yo voy a luchar todo lo que pueda pero algún día...voy a faltarte. Y ahí es cuando debes recordar estas palabras ¿Entendido?- Le pregunto.

Ella asiente con la cabeza y deja escapar una pequeña sonrisa que hace que mis ojos se nublen de nuevo.

- Bien- Digo- Ahora entra en casa que mamá nos espera para comer. Recuérdale que la quiero, ahora te alcanzo- Le digo dándole un beso en la frente.

- Te quiero enana- Susurro.

- Yo también Liv- Me responde tras un abrazo y después se aleja dando pequeños saltitos.

Suelto todo el aire de golpe y aún con mis manos temblorosas saco la maleta que anteriormente había escondido tras el enorme matorral del jardín.

Salgo por la puerta trasera despacio, intentando hacer el menor ruido posible y me monto en el taxi que había llamado hace un rato.

Y mientras veo la ciudad pasar borrosa frente a mis ojos inundados, recuerdo la frase que me hizo tomar esta decisión «si lo quieres, déjalo ir»

Sólo espero que algún día puedan entenderla.

Fin.

- Y así, con estos pensamientos Olivia dejó atrás su vida tal y como era para emprender su camino hasta su día final- Terminé diciendo mientras cerraba el libro que tanto tiempo me costó escribir.

Los aplausos no tardaron en sonar inundando toda la sala. Y yo solo pude sonreír orgullosa.

"Estés donde estés, te perdono Olivia. Atentamente, tu pequeña hermana, Carolina"