Tyler... ¿siempre has estado tan solo? Sin padres que cuiden de vos... ni familiares... alejándote de las personas, creando muros para que nadie pueda llegar a ti. Tyler... aunque no lo creas... yo sé lo que se siente... te entiendo perfectamente.
T: ¿Sabes? — murmura, mientras su aliento hirviendo rozaba mi cuello— me sentía... me sentía fatal, pero tenerte aquí conmigo... me hace sentir mejor.
M: No hables — susurro— me voy a quedar justo aquí, contigo, así que será mejor que duermas un poco.
Dormía con un rostro tan sereno que constantemente me acercaba a su pecho para escuchar sus latidos.
Llevaba tres horas junto a él, Tyler apenas se movía. Pero gracias a dios la fiebre comenzaba a disminuir, el reloj marcaba las una de la tarde y aunque me sentía cansada, no quería ni cerrar los ojos, solo quería ver a Tyler, ver si se encontraba bien. Cuando el frío comenzó a aumentar, me despegue de él solo un momento y fui por más cobijas, lo había cubierto todo, de pies a cabeza y con un poco de agua que se encontraba ahí, agarre un paño humedeciendolo y colocándolo en la frente de Tyler, le media la temperatura constantemente.
Me puse de pie, quería tomar un vaso de agua porque tenía mucha sed, pero Tyler me tomó de la camisa sin fuerza alguna.
T: ¿Sigues conmigo?— preguntó, escuchar su voz de esa manera me ponía muy triste, pero aliviada de que aún se encuentre vivo.
M: Sigo aquí...— le aseguré metiéndome entre las cobijas olvidando el agua, abrazandolo con fuerza logrando que el hiciera lo mismo. Ahora más que nada no podía dejarlo solo — solo descansa, estaré aquí cuando despiertes— susurro.
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Aunque quisiera no había podido dormir ni un poco, llevaba casi todo el dia sin dormir cuidando de Tyler. No me había separado de él ni un minuto, ni siquiera el hambre, la sed o cualquier otra cosa me hacia apartarme de este tonto.
Gracias al cielo, el parecía mejorar a cada hora que pasaba, su piel pálida como el papel había empezado a recuperar su color, sus blanquecinos labios habían regresado a su color rosa natural y su temperatura corporal al fin había dejado de arder y volver a la normalidad, ahora era cálido y no quemaba. Lo que si me preocupaba, es que aun no haya abierto los ojos, quería despertarlo para que al menos bebiera un poco de agua, pero cada vez que lo hacía, el soltaba un gruñido de protesta, y negándose a abrir los ojos me apretó más contra su pecho, era sin duda el abrazo más asfixiante que habia tenido, por lo menos Tyler ya había recuperado su fuerza.
Ahora que recuerdo... no había ido a trabajar, aunque realmente no me importaba.
Mientras me la pasaba en los brazos del tonto este lo único que había hecho era mirar su rostro, lo había visto tan de cerca por mucho tiempo que hasta podría dibujarlo con los ojos totalmente cerrados. Aquella piel fina, su cabello lacio y desordenado cubriendole la frente, era como si la perfección se hubiera materializado... me daban ganas de besar aquellos...
!Mierda! ¡¿Que acabo de pensar?!
Sacudiendo la cabeza intente aclarar mi mente. Era la primera vez que me sentía de este modo, la primera vez que me daban ganas de besar y estrechar a un humano... ¡MALDICIÓN! Díganme qué no me estoy enamorando... ¡NO PUEDO! No, de seguro no es eso. No, esto no es amor... de seguro lo estoy malinterpretando con... ¡una profunda amistad! Pero... ¿por qué demonios seran tan persistentes estos sentimientos?, me daba miedo.
¡No me voy a enamorar! ¡nunca! Y mucho menos de un humano que acabe de conocer hace poco.
M: Despierta Tyler, tienes que comer algo — le dije sacudiendo su hombro, de seguro si no comía algo, su recuperación sería mucho más lenta.
CAPÍTULO 14
Mulai dari awal
