M: ¿Tyler?— carajo, el estar en su habitación me da un tremendo terror.— ¿Estas aquí verdad?— Musité. Mire a un costado y para mi suerte, encontré el interructor. Prendí las luces y luego volteé a ver.
Y allí estaba... Tyler dormido con varias cobijas encima de él. ¡Nada de enfermo! De seguro pretendió estar enfermo para que yo hiciera todo. NUNCA!.
M: ¡Tyler! Más vale habrás los ojos, me hiciste venir hasta aquí cuando tendría que ser al revés.— me acerque para levantarlo, pero cuando toque su rostro... estaba ardiendo.— Tyler...— dije agitandolo, pero no se despertaba. Esto no está bien. Toque nuevamente su rostro y luego sus manos, tenía mucha fiebre, su rostro incluso estaba levemente rojo. — TYLER!— Grité y esta vez abrió un poco los ojos.
T: ¿Sos vos enana?— susurró y volvió a cerrar sus ojos.
M: ¡Si soy yo! Vamos! Ponte de pie, estás peor de lo pensaba, iremos al hospital del pueblo. No puedo cargarte sola, así que necesito que me ayud...
T: ¡No, déjame aquí!— protestó y de la nada me tomo de los brazos acercandome a él. Cerca... demasiado cerca de su rostro. — justo así...— dijo apretujandome contra su pecho.
Me había jaloneado y me abrazaba con fuerza, seguramente estaba delirando.
M: ¡Por favor Tyler!— Rogué. Su piel quemaba tanto que sentía que en cualquier momento podía empezar a convulsionar. — Necesito que colabores conmigo...
Sin pensarlo tuve una idea
M: Llamaré a alguien de tu familia para que venga a cuidarte ¿sí?, necesito que me des su dirección. Nadie podría cuidarte mejor que tus padres.
No respondió ¿se había vuelto a dormir? Yo apenas podía moverme porque estaba tan aferrado a mi que su peso me lo impedía.
M: ¡Te dije que me des la dirección de tus padres!
T: No... no creo que puedas hablar con ellos— dijo en un hilo de voz.
M: Lo intentare!— insistí
T: No... Mika, no se puede— Su voz era apenas audible, estaba tan mal que le costaba trabajo hablar y su respiración era tan lenta que me daba miedo, cualquier segundo era valioso.
M: ¡TE DIJE QUE LO IBA A INTENTAR!— Exclame furiosa, estaba intentado ayudarlo y él no quería colaborar conmigo.
T: Nadie puede... hablar con los muertos—su voz era débil.
Mi corazón se detuvo, sus padres... ¿habían muerto? ¿Será por eso que su personalidad es tan retorcida y a veces... tan solitaria?
T: Solo...— tartamudeo mientras su voz se entrecortaba— solo quiero que no me dejes solo, no te vayas.
Mi corazón por alguna extraña razón dolía. Mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas. Lo mire nuevamente pero ya se había dormido (o desmayado) de nuevo.
Me puse de pie alejandome de sus apresadores brazos e intente cargarlo pero era muy pesado para mi.
Carajos! Sentia como las lágrimas corrían sin control por mis mejillas. Mierda... me sentía impotente.
Tenia planeado correr por ayuda pero...
T: Dije... Dije que no te vayas...— susurró y me jaloneo de nuevo enrollandome en sus brazos —no te vayas por favor...
Mi corazón después de tanto se aceleró...
M: Me quedare contigo — le dije con dificultad. No sabía si era mala o buen idea, pero el dejarlo solo... me partía en mil pedazos el alma. Como es posible que se haya enfermado de esa manera...
CAPÍTULO 14
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