Prólogo

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Sentía como lamia mi cuello con su asquerosa lengua, veía la lujuria en sus ojos, cegados por la oscuridad de su negro iris, los raspones en mis rodillas respondían a su toque con dolor, su mano deslizándose por mi muslo frio, apoyo todo su cuerpo sobre mi, me aplastaba. Me sentía débil, tan débil como aquella noche que vi como mi mamá se desangraba en el baño. 

Ya habia agotado todas mis fuerzas tratando de sacarmelo de encima. Impotencia total. 

Sus manos desgarraron totalmente mi vestido de flores que mi abuelo me habia regalado para la víspera de navidad, recuerdo, que no era el que toda nieta hubiese querido, pero a mi me encanta. 

Sus sucias manos se deslizaron por todo mi cuerpo, tocandome en lugares donde nadie más habia tocado, sus horribles manos se posaron en mis senos, su toque dolía. Desgarró al igual que el vestido el sujetador, empezó a lamer el lóbulo de mi oreja mientras bajaba sus manos hasta mi sexo, deslizó las bragas por mis delgadas piernas, su mano tocó lo más sensible

de mí. —Que estrecha estas —decía él mientra besaba mi clavícula. Las lágrimas ya se desprendian solas de mi ojos, mis muñecas estaban atrapadas bajo una de sus manos, el viento rozaba cada parte de mi piel desnuda, la tierra fría contra mi espalda, mis gritos se escuchaban ahogados, nadie me escucharía, pero tenía que intentarlo, cada súplica entre lágrimas de que parará solo encendía más su miserable lujuria. Cada impulso que ejercía sobre mi pelvis dolía cada vez más. —Shh, calladita te ves más bonita —decía éste mientras su aliento a whisky barato junto con cigarrillos chocaba contra mi cara.

SilenceTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon