—Quiero que se sienta seguro de que puede hacer esto, no que se sienta amenazado o asustado. —Y con eso, se adelantó unos pasos hasta donde estaba el telmarino.

—Su alteza. —Le saludó la reina, y el muchacho se puso nervioso ante la presencia de la Compasiva. Especialmente luego de la disputa de hace unas horas, y él de una manera u otra insultando a la reina Anna.

—Su majestad, ¿hay algún problema?

—Sólo quería saber si te sientes cómodo con todo esto, después de todo intentaremos invadir tu hogar. —Violet le comentó de manera preocupada, pero sin despojar su postura seria.

—Estaré bien, se siente raro, pero no puedo dejar que mi tío siga con su tiranía. —Caspian respondió con seguridad, aunque aún se podía notar algo nervioso.

La reina notó el raro comportamiento, no obstante sólo le sonrió con tranquilidad y continuó. —También quiero que sepas que es imprescindible que todos actúen de acuerdo al plan, vean lo que vean el plan debe funcionar, y si Peter o yo llamamos a retirada, deben de obedecer si no queremos que se derrame más sangre narniana, ¿lo has entendido?

El muchacho asintió con convicción, a sabiendas que el Magnífico y la Compasiva eran sus superiores.

—No la defraudaré, su majestad.

•••

Si antes Violet se sentía a desmayar por los nervios, ahora se sentía totalmente peor.

Ella y Edmund estaban siendo llevados por Hardin el hipogrifo, la primera parte de su misión era llegar hasta la torre de vigilancia, para que luego Edmund diera la señal con su linterna para que los demás procedieran. La noche era fría y con algo de niebla, pero aún se podían observar las estrellas y constelaciones brillar como si fueran pequeños diamantes.

—Me nombraron reina en nombre de la gran constelación del norte. —Murmuró la reina en un intento de calmarse, obteniendo la atención de Edmund y Hardin. —Por Cassiopeia, Cassiopeia es una brillante constelación ubicada en el cielo del norte, en nuestro mundo fue llamada en honor a la reina Cassiopeia de Etiopía, pero en Narnia Peter ordenó que la nombraran en mi honor, ya que antes no llevaba nombre...

—Violet. —Edmund la sacó de su trance, luciendo algo preocupado. —Ya estamos llegando.

Era verdad, ya estaban a escasos metros del castillo. Así que Lettie respiró profundamente el limpio y helado aire nocturno y se concentró en ella y en su arco. Su precioso arco de madera de abeto con decoraciones de enredaderas y flores, acompañado de las elegantes flechas con pluma amarilla. Ella y su arco eran una sola, así que se agarró a el como si fueran a arrebatarselo. Hardin los dejó en el suelo de la torre, prometiendo que los iba a seguir a una distancia prudente en caso de que necesitaran salir rápido, y en un abrir y cerrar de ojos se llevó lejos al guardia que solía patrullar aquella torre.

—Es seguro, puedes dar la señal. —Le dijo Violet a Edmund luego de que el hipogrifo se fuera y ella hubiera revisado si había más guardias cerca.

Edmund asintió y se dirigió a la orilla de la torre, para luego apuntar con su linterna y prenderla y apagarla en un intervalo de indefinidas veces. Poco después observaron como cuatro hipogrifos sobrevolaban dentro del terreno. Cada uno llevando a Peter, Caspian, Susan y Trumpkin. Esperando a la próxima señal.

—Reepicheep y sus compañeros ya deben estar saliendo de las alcantarillas, y los narnianos deben estar entrando por la entrada que da al pueblo. —Le dijo Edmund.

—Bien, si seguimos así quizás podremos tomar el castillo. —Violet sacó una flecha de su carcaj y la colocó en su arco, solo por si acaso. —Dales a los demás la siguiente señal.

violet | peter pevensieWhere stories live. Discover now