Kisses.

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Salió del baño a pasos lentos, atándose los últimos botones de su camisa azulada de cuadros mientras caminaba en dirección a su habitación, sin prisa. Eran las ocho de la mañana de un sábado, y un buen baño no venía nada mal a esas horas para despejarse.

Había dejado sus cabellos medio mojados, por ello los tenía hacia abajo o hacia un costado; de todo menos los típicos peinados hacia arriba que ni sabía como se peinaba cada día.

Abrió la puerta lentamente con una dulce sonrisa dibujada en su rostro, fijando su mirada en el chico que continuaba acostado en aquella cama compartida. Estaba de costado, con uno de sus brazos estirados y con las sábanas hasta la cintura. Su rostro tranquilo era algo que el búlgaro adoraba ver cada mañana que se despertaba antes que él, siendo una expresión que muy pocas veces podía admirar cuando estaba despierto.

A pasos lentos fue acercándose hacia el lado en el que descansaba el semialbino, llegando a parar justo enfrente de él. Se agachó y recostó sus antebrazos sobre el colchón, apoyando su mentón sobre estos, en el pequeño espacio libre que había de la cama.

Se quedó en silencio, queriendo admirar la paz que transmitía verle dormir. Parecía un adolescente en la etapa que muchos de ellos odiaban por todos los problemas y las hormonas revolucionadas, y es que no podía negar que el ahora jefe de la LSPD lo tenía prácticamente enamorado al cien por ciento, hasta podría decirse que cada día que pasaba parecía más loco de amor que el anterior.

Con delicadeza, extendió uno de sus bracitos y llevó su mano a los cabellos despeinados y blanquecinos del contrario, entrelazándolos con cuidado para dejar suaves caricias en ellos, esperando a que con aquella acción lograra despertarlo un poco antes de pasar a la idea que tenía en mente y con lo que solía hacer cada mañana.

ㅤㅤ─────Viktor . . .

Lo llamó con un tono de voz bajo y calmado, siguiendo con aquellas caricias sobre su cabecita. El ruso frunció levemente el ceño, moviéndose lentamente sobre su cama para voltear hacia el otro costado del que se encontraba el de cabello castaño oscuro, tomando las sábanas para taparse con ellas más arriba de la cintura. Éste rió por lo bajo, podía entender su comportamiento, era de buena mañana y él ya estaba despertándolo después de largas horas de trabajo el día anterior.

ㅤㅤ─────Dejeme dormir, Conway . . .

Alex alzó una cejita divertido, le había hecho gracia que mencionara a su ex jefe, cosa rara en él ya que siendo un celoso de primeras, no se había molestado.

Decidió levantarse del suelo y se sentó en el hueco libre de la cama, a un lado del que continuaba dormido.

ㅤㅤ─────Anda, ya es hora, скъпа . . .

Extendió ambos bracitos y los colocó a los lados del cuerpo del mayor en edad, apoyándose con sus manitas sobre el colchón a la par que arqueaba su espalda hacia adelante, llegando a la altura de su rostro para así poder depositar un pequeño besito sobre su frente con cariño. Uno que se convirtieron en miles que iba dejando por toda su carita, sin rozar del todo sus labios contra la fría y pálida piel del adverso.

Volkov frunció más el ceño que antes, volteándose hacia el costado de nuevo hasta quedar de cara al techo, como queriendo buscar una mejor postura para conciliar nuevamente el sueño, sin éxito alguno por los constantes cariños del menor.

Gruñó por lo bajo, despertarlo cuando no había dormido bien y estaba más que cansado, no era una buena opción. Pero eso al búlgaro no le importaba, y por ello continuaba con su objetivo principal.

ㅤㅤ─────Hmm, Ivanov . . . Cinco minutos más, coño . . .

Se quejó con una voz adormilada, siendo que todavía estaba entre sus sueños y no lograba despertarse del todo, quitando el hecho de que sus mejillas habían tomado un color carmín muy leve y un calorcito provocado por los besos que el moreno dejaba en su rostro ahora avergonzado. Decidió alzar sus bracitos y colocarlos sobre sus ojos, tapando la luz que entraba por la ventana y separando al otro chico de él, en un intento de volver a dormirse y que se detuviera.

El de ojos color miel sonrió de oreja a oreja al notar el rostro enrojecido de su pareja, acercándose nuevamente para poder besar aquellas cálidas mejillas que tanto adoraba y que para su suerte había dejado a la vista a la hora de tapar solo sus ojos con sus brazos.

ㅤㅤㅤ─────Me niego a que sigas durmiendo, aunque si con eso puedo llenarte a besos, por mí como si te quedas un ratito más así . . .

A cada palabra que decía y chocaba en una voz calmada contra su piel, sus besos iban bajando lentamente en dirección a su cuello, mientras que sus traviesas manos alzaban la camisa de pijama de su prometido y se colaban por debajo de ella, acariciando su fría piel con la yema de sus dedos. El semialbino abrió sus labios levemente para dejar que un suspiro cansado escapara de ellos con cada tacto, sintiendo su cuerpecito temblar por la calidez de las manos del contrario y la diferencia de temperatura entre ambos.

ㅤㅤ─────Pero . . . Alex, tengo sueño, por favor . . .

Pidió con aquella voz grave, apartando sus bracitos lentamente para poder ver de reojo al menor con el sonrojo de sus pómulos cada vez más notorio. El día anterior había estado trabajando de más, y como bien había dicho, no tenía fuerzas como para levantarse a tales horas.

Al ver que no se detenía y que aquellos besos continuaban sin parar, no evitó que una pequeña sonrisa se formara en sus labios, notando como el moreno apartaba con delicadeza su camisa y bajaba lentamente, besando sus hombros con cariño junto a aquellas manos que continuaban recorriendo todo su torso, las mismas que llegaron a alzar su pijama hasta dejar al descubierto su pancita.

ㅤㅤ─────No . . . Alexander, no empieces . . .

El mencionado sonrió de oreja a oreja al escuchar como una risilla suave se le escapaba al ruso, uniéndose a su risa antes de alejarse de su rostro. Con un pequeño saltito, pasó sus piernecitas por encima de su cuerpo, llegando a colocarse sobre su pelvis sin dejar caer todo su peso sobre él. Una vez en aquella posición, se echó hacia atrás y arqueó su espalda hacia adelante, quedando a la altura de su tripita al descubierto, donde comenzó a dejar suaves besitos y cariños por toda la zona.

Las risitas que todavía soltaba el de ojos azulados alegraban la mañana del ex comisario, dándole a entender de que las palabras de su pareja solo le indicaban que hicieran lo contrario. Adoraba ver como su cuerpo temblaba suavemente por sus toques, y como su rostro se teñía de aquel carmín por vergüenza. Lo adoraba a él.

ㅤㅤ─────Tus risillas no me dicen lo mismo . . .

Le comentó con cierta burla en sus palabras, alzándose un poco de aquella posición para fijarse en el adorable rostro avergonzado del ruso. Decidió sentarse sobre él, y al igual que antes, evitar dejar que todo su peso recayera en el delgado cuerpo del adverso.

ㅤㅤ─────E — Eres un tonto . . .

Tras decir aquello en una voz suave y baja, alzó ambos de sus brazos y tapó con los antebrazos sus ojos como minutos atrás había hecho, esperando a que el calor de sus mejillas rebajara lo máximo posible, cosa que no pudo lograr teniendo al búlgaro dejando pequeñas caricias por todo su torso.

ㅤㅤ─────Lo sé, tonto de amor por ti.

Viktor apartó sus brazos al momento y frunció el ceño; definitivamente si se ponía cariñoso, nadie lo podía parar. Tampoco llegaba a molestarle y de hecho amaba que fuera así, no todos podían ver aquel lado del de piel morena; pero juntar eso de buena mañana era una de las mil formas que tenía apuntadas para lograr matarlo.

Teniendo aún espacio en aquella cama, el menor en edad se dejó caer con cuidado hacia el costado vacío, pasando su bracito por encima del cuerpo de piel blanquecina y así, atraerlo hacia el suyo para poder abrazarle cual niño con su osito de peluche a punto de irse a dormir.

No puso resistencia, dormir un rato más no sería nada malo y menos estando en los brazos de aquel chico que tanto adoraba. Por ello, simplemente apoyó su cabeza sobre el pecho del castaño oscuro, acurrucándose a su costado, y cerró lentamente sus ojos dispuesto a volver a conciliar el sueño.

Alex sonrió dulcemente de oreja a oreja, había conseguido que el mal humor de las ocho de la mañana desapareciera con un par de cariños. Se agachó un poco hacia adelante y besó con ternura los cabellos semialbinos de su pareja, volviendo a acomodarse sobre su almohada y a cerrar sus ojos para dormir a su lado.




|| Ivalkov no muere
mientras yo esté viva,
solo eso. ✌🏻♡

#ㅤ𝐊𝐈𝐒𝐒𝐄𝐒 | ivalkov。Where stories live. Discover now