Renacer De Primavera " Floresera Lo Que Una Vez Fuertemente Nos Unío"

CAPÍTULO 1:EL PRIMER ENCUENTRO

Ya en la tarde los hermanos salieron de su prestigioso colegio, pero su chófer al parecer se había hecho tarde, Antonio se estaba impacientando de esperar y Maricielo se distraía viendo las rosas que se encontraban en el jardín; al llegar el chófer en la limusina, Maricielo con una tierna sonrisa le saluda, pero Antonio le increpó el por qué había tardado tanto con un tono de voz soberbio. A Antonio le costaba mucho el saber y poder comportarse a diferencia de su hermana, quien era más sencilla. Ambos llegaron a casa y saludaron a su nona Soledad, almorzaron y después quedaron en llevar a Antonio a su entrenamiento de fútbol; a Maricielo no le gustaba mucho, pero hoy quería ir a ver el entrenamiento de su hermano.

Ya en la tarde partieron al entrenamiento, usualmente los acompañaba su mamá, pero esta vez no pudo por su trabajo así que su nona encantada los llevó. Maricielo había llevado pompones para hacerle barra a su hermano, y como era buena con las rimas, compuso buenas barras que con ayuda de su nona se hacían escuchar más; al principio, esa situación avergonzó un poco a Antonio, pero al final le terminó gustando ya que sabía que si quería ser el mejor futbolista del mundo, tenía que aprender a lidiar con los cánticos del público. Estaba tan motivado que metió 6 goles en un solo entrenamiento, Maricielo de tanto alentarlo le dio hambre y le dijo a su nona si podía ir a comprar un helado a la vuelta, su nona estaba algo cansada y a la vez ocupada con una llamada así que le dio el dinero para que compre tres helados, le indicó que vaya con cuidado y que no hablara con extraños. Maricielo partió rápidamente antes que su nona se arrepintiera, nunca la dejaban ir sola ni a la esquina; muy alegre se fue a comprar, pero no sabía qué iba a pasar.

Cuando estaba haciendo cola para comprar los helados, se entretuvo con los diferentes sabores que habían y al no decidirse por cuál elegir, descuidó su dinero, el cual se le cayó y ni siquiera se percató hasta el momento en que le llegó su turno y no tenía para pagar, por más que buscaba en sus bolsillos y empezando a sentirse avergonzada, con su carita de tristeza, optaba por retirarse ante la mirada de todos los comensales; entre los cuales estaba Arán Materazzi, el cual al ver a la niña acongojada se le acerca y le pregunta:

Hola pequeñita,¿ que pasó? Mi nombre es Arán,¿ has perdido tu dinero?¿ Tus papis?

Maricielo se quedó helada por la “vergüenza” que estaba pasando, a lo cual le contestó:

-          Disculpe Sr., pero no debo hablar con extraños, ya me retiro y gracias por preocuparse, disculpe…

Arán se percató del rostro de preocupación de esa pequeña niña, de sus modales; pero sobretodo de lo muy parecida y familiar que se le hacía que le dijo:

-          Permíteme pagar tu pedido y no te preocupes, no voy hacerte daño y las personas aquí presentes darán fe de eso.

Arán dirigiéndose a la encargada le dijo que él pagaría el pedido de la pequeña, que le tome su nombre que él se hará cargo.

Maricielo pidió un helado de chocolate, otro de vainilla y un helado multicolor, al escuchar ese nombre a Arán le vino a la mente su amada Sol, ya que ése helado multicolor era su favorito; le dijo que todo sea a nombre de Maricielo. Al escuchar el nombre de la niña, Arán sintió una punzada en el pecho al igual que en la boca del estómago, mientras su cerebro procesaba el nombre de la pequeña había quedado en shock y es Maricielo quien lo hace volver en sí al decirle que ya tenía que cancelar su pedido.

Arán le propuso ayudarle en llevar los helados pensando en que los padres de la pequeña estuviesen cerca o fuera de la tienda, Maricielo le pide de favor que le acompañe a la vuelta donde está entrenando su hermano y su nona los había llevado, se sentía en confianza con el Sr. Arán, así que esperaba no abusar de eso. En el camino ella le agradeció por los helados y que si tenía el dinero, pero que se le ha de ver caído en la fila, por lo que le diría a su nona q le devuelva a Arán por lo gastado, a lo que él le hacía mención que no había problema que solo tuviera cuidado para la próxima. Arán le preguntó por el nombre de su hermano, y resultó que era mellizo de Maricielo y Antonio fue la respuesta, al escuchar ese nombre sintió que su corazón latió muy rápido; ésos hubieran sido los nombres de sus hijos y de ésas edades aproximadamente que hubiera tenido con Sol, sin mencionar el gran parecido que la pequeña tenía con su amada, pero no podía ser su hija y ESO lo sabía muy bien. Sol tenía siete años de haber muerto.

Al llegar al centro de entrenamiento Maricielo no lograba divisar a su nona en las gradas, pero si a su hermano el cual ya había terminado,  llega corriendo y Maricielo nos presenta, le cuenta lo sucedido y nos damos la mano. Le pregunté en qué posición jugaba y el me respondió de nueve, sonreí; ésa era mi posición en la que jugaba cuando tenía su edad, además de ver cierto parecido de él en mí. Le dije que lo retaba a ver quién hacía más dominadas, él casualmente alegre por lo logrado ése día y confiado aceptó el reto de Arán. Antonio se dio cuenta de lo buena onda que era ése Sr. Arán, y era un nombre común, ya que en su propia colegio habían hasta tres niños con ese nombre en diferentes grados; y eso que así nomás no socializaba mucho, pero fue a través del futbol y el poco rato que estuvieron juntos para agradarse mutuamente. Su nona había ido a los servicios y al retorno se entretuvo conversando con el entrenador quien le hacía mención de lo bueno que era su nieto, por lo que se dilató en volver y fue eso por lo que no logró presenciar lo acontecido entre sus nietos y su yerno Arán.

Arán realmente quedó tocado con los mellizos, tuvo que dejarlos ya que él debía salir e ir de compras para abastecerse; además el entrenamiento de Antonio ya había terminado y solo esperaban a su nona; así que agradecieron los helados y se despidieron muy acongojados por la amistad y por la despedida. Arán solo tenía una cosa en claro: TENÍA QUE VOLVER A VER A ESOS NIÑOS.