Capítulo 11

2.3K 285 18
                                    

Lucho contra mismo por no volver a caer ante el lago de esta pasión que se despierta en mí cuando la veo.
No sé cómo es su rostro, apenas sé cómo es su voz y sin embargo conozco cada parte de su cuerpo como si fuera su dueño.
Ella me hace de perder el control invitándome a entrar en un juego peligroso.
No me importa, sólo ansío quemarme con ella en la misma hoguera donde los dos somos libres de tomar nuestra decisiones dejando atrás cualquier tipo de remordimiento.

Ella tiene algo que me deja sin aliento, su piel es suave y su manera de entregarse a mí me vuelve loco.
La poseo como un hombre prehistórico, indomesticable por dejarme llevar por estas ansias de querer devorarla y hacerle el amor a la misma vez.
Su fuego me quema de una manera maestra y escandalosamente sensual, lo que hace que quiera más, probar cualquier postura alcanzando un límite de enamoramiento inimaginable y más como poco a poco me estremece al mirarla a los ojos veo un brillo en su mirada, un reflejo de mí mismo.
Sus labios me saborean ardientes y delicadamente, al igual que sus manos acarician mi piel sudada.

Apoyo mi frente en ella mirando sus labios, un labios que me recuerdan a Patricia. Cierro mis ojos fuerte queriendo abrirlos y percatarme lo que acaba de suceder.

Esta mujer no es Patricia, sin embargo me hace sentir que soy otro hombre.
Poco a poco voy abandonando su cuerpo, aquel que me perturba  haciéndome querer más de ella,  como para no querer dejarla ir.

Me quito el preservativo y me voy hacia un baño que hay instalado en la misma habitación.
Cierro la puerta con llave, al quitarme la máscara me miro en el espejo.
No me reconozco ni yo mismo.
¿Qué estoy haciendo?
Acabo de estar con una mujer tan excitante, tan apasionada, la cual me tiene hechizado.
Pongo mis brazos ambos lados del lavabo dejando caer mi cabeza.
Es sexo, solo sexo me repito a mí mismo furioso por no querer reconocer lo que acabo de hacer.

Cuando la vi salir del baño de señoras, creí que no era ella, Valentino no me había avisado de que ella estuviera aquí.
Sin saber de quién se trataba intenté auxiliarla. Bajo su máscara, su cabello pelirrojo, y esa manera tan especial de mirarme un golpe fortuito me avisa que se trata de la mujer misteriosa.
Al tocarla,  mi metabolismo cambia rápidamente, como una pequeña brecha de pólvora explota dentro de mí intentando retenerla.
Huye de mí. Lo que me deja claro una cosa, ella está interesada en el hombre enmascarado.
Salgo en su busca pero la pierdo de vista hasta que la veo caminar por el pasillo dirección hasta esta habitación.
Si como Alexis no he podido conseguir mi propósito, lo haré como el hombre enmascarado.

Y ahora aquí estoy, mortificándome al mismo tiempo lucho contra mis remordimientos por haber fallado a mis sentimientos referente a Patricia.
Me siento como un mezquino, soy consciente de lo que he hecho, y aunque esté mal lo que acabo de hacer, esa mujer misteriosa me hace enloquecer de una manera aterradora.

Me cambio de ropa y al salir de nuevo a la habitación no está. Me sirvo un whisky y leo su nota.

«Esta es nuestra fantasía, soy tuya, no lo puedo evitar, estaré loca, pero quiero seguir sin cordura cuando estoy sintiendo como mandas en mi cuerpo. Todo tiene un fin, disfrutemos mientras se pueda»

Qué razón lleva. Todo en esta vida se acaba, y en ocasiones no llegamos hacer realidad nuestros sueños o simplemente la vida nos trata mal o injustamente.
En estos momentos me siento perdido en una tela de araña.
Donde una mujer misteriosa ha emprendido en mí las ganas de querer seguir que este juego.
Y por otro lado está Patricia, la que me ha hecho que vuelva a creer en el amor nuevamente.
Siento mi corazón latir intensamente por dos mujer distintas y las cuales me tienen esclavizado de distinto modo.

— Alexis, es hora de cerrar. ¿Te encuentras bien? — Valentino me entrega una cerveza sentándose a mi lado.

Llevo horas sentado en el mismo lugar que he estado con ella, aún puedo olor su perfume, incluso tengo grabado el perfume de su aroma. Incluso puedo excitarme cuando la he tocado y no llevaba ropa interior. Es inexplicable como me he transformado queriéndole devorar su feminidad.
Sus gemidos, su rica boca...No hay nada de ella que no me atraiga y haga de que no pierda el control.

TUS LOCURAS, SON MI DELIRIO #PGP2021Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu