—No, Erick—se negó el Charles—Son como tres horas de viaje, imagínate si comienza a nevar, se duplican.

—Pero voy con cuidado, no creo tener tanta mala cuea para que empiece a nevar justo.

«Pa que estamos con cosas, tengo mala cuea» pensé.

—¿Te acompaño?—preguntó la Maite.

La Fer miró al Charles con una ceja elevada.

—Ya, entonces si van juntos yo me quedo más tranquilo de que no te vay a ir manejando como traficante con auto nuevo—fruncí el ceño.

—¿Y cuando vamos?—preguntó otra vez. Ambos miramos al Charles.

—¿Mañana? Es que quiero dejar el gimnasio armado pronto, si llega el coronavirus a Alemania no tendremos tiempo para comprar cosas después—se encogió de hombros y la Feña rodó los ojos.

—Eso es tanto ver Virus—le susurró la Feña a la Maite y ambas soltaron una risa.

La Maite había estado evitándome la mirada todo el día, yo creo que solamente no quería que la notara que estuvo llorando.

—Gracias chiquillos—dijo la Fer. Se paró del sillón y me hizo una seña a la Maite para que subieran juntas, en segundos ambas desaparecieron de mi vista.

—Cuídala si hermano—asentí con la cabeza—¿La camioneta o el auto?

—No sé hueón, me da lo mismo, ¿en cuál te vas a entrenar?

—En la camioneta pero mejor te la dejo a ti para que vayan más cómodos po... Ah, aparte tienes que traerte la huea.

—¿A dónde van?—preguntó la Cami, la hermana del Charles.

—A Berlín—respondí.

—¿Puedo ir?—preguntó. Miré al Charles y este rodó los ojos. La Cami me sonrió y batió sus pestañas con delicadeza. No pude despegar la vista del Charles porque estaba seguro que me iba a reír.

—No, Cami—respondió el Charles—Ustedes mejor quédense con la Feña porque el Renatito está enfermo, para que no quede sola.

La Camila rodó los ojos y se fue. El Charles me miró con la ceja elevada y no hice más que encogerme de hombro en mi defensa. Era demasiado obvio que la hermana del Charles me estaba coqueteando y me incomodaba demasiado sabiendo que estaba su pololo aquí mismo.

—Cabra culia—dijo el Charles y no hice más que soltar una risa.

—Aún me duele la cabeza hueón, creo que no había tomado hace mucho tiempo—dije. Me acomodé en el sillón y bostecé.

—¿Y en Brasil? Ahí te reventaste si po.

—Siento que Brasil fue lo peor que me pudo pasar en la vida.

—Hermano, lo de Brasil ya pasó—me dijo él acercándose un poco más a mi—Lamentablemente las cosas se dieron así y ya no hay mucho que hacer po, solo agradécele al de arriba que ahora tienen algo en común para permanecer juntos.

¿Es que este hueón era tan lindo por naturaleza? Porque todo lo que decía le salía bonito y directamente desde el corazón, es como si estuviera toda la noche pensando en que cosa decirte. Tenía tanta suerte de tenerlo como amigo.

Y ahora lo único que podía pensar era en la Maite y las tres horas que pasaríamos encerrados en un auto de camino a Berlín y pucha, no me disgustaba para nada eso... El Charles se paró para hablar por teléfono con no sé quién y yo decidí subir para ir a cargar el teléfono.

Erick bb qué onda?
no me has hablado en todo el día
estás bien?

Flavia

Ill be loving you forever || Erick Pulgar #LTIA2 Where stories live. Discover now