Capítulo 17

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El único ruido en la sala de estar de la casa de los Fox era el de la señora Fox removiendo su café con la cucharita lentamente con un leve tintineo. Ella parecía relajada, en una sinuosa y escalofriante felicidad o tranquilidad que hacía que Nora, sin darse cuenta, moviera la pierna frenéticamente. La mujer estaba sentada en el sillón, delante del sofá en el que ellos se sentaban con los nervios a flor de piel. Landon aparentaba normalidad, su habitual despreocupación, pero Nora sabía, por su manera de tener la mandíbula apretada, que no estaba tan tranquilo.

-¿Te apetece café...? -la mujer dejó la frase en el aire a propósito.

-Landon-murmuró él, fingiendo una sonrisa que resultaría convincente para un desconocido-. Landon Wilson. No, gracias.

Oh, eso era nuevo, que Landon se presentara diciendo su apellido. Nora levantó las cejas durante un segundo, hasta que se dio cuenta de que tenía que disimular un poco. Fingió una sonrisa cuando la mujer la miró con una ceja enarcada.

-¿Sois pareja? -preguntó la mujer.

Los se quedaron quietos, mirándose uno a otro, sin saber qué decir. La duda afloró en el interior de Nora, sin saber qué decir exactamente. No quería volver a estropear un buen momento por su curiosidad, como había ocurrido la última vez que habían quedado. Tragó saliva, pero su madre siguió, rompiendo el silencio.

-Me he dado cuenta de que, desde que ya no estás con Shane, sales más de casa, te vistes mejor, te arreglas -le echó una ojeada a Nora, antes de volver a mirar a Landon-, algo que con Shane, sin ser pretenciosa, no hacías. ¿Me equivoco?

Nora, incapaz de decir nada, se encogió de hombros, asintiendo con la cabeza. Landon ocultó una sonrisa.

-Bien, todo eso me llevó a pensar que quizás Shane te estaba presionando demasiado como pareja y que al dejarlo habías tenido una especie de inspiración y empezabas a salir con amigas, pero luego me di cuenta de que no.

Nora se mordió el labio inferior y dejó de mover la pierna cuando Landon unió sus manos sin dejar de mirar a su madre, y las colocó sobre su rodilla, impidiendo que la siguiera moviendo de esa forma. De alguna forma se lo agradeció. La mujer miró de reojo, pero no dijo nada al respecto.

-No podías estar tan ausente, y no me refiero a solo cuando salías, solo por unas cuantas amigas. Tampoco me cuadraba que la mayoría de las veces que salías no nos pidieras que te lleváramos. Así que un día me asomé a la ventana y vi que te subías a la moto con Landon -le sonrió-. Entonces todo me cuadró; amor adolescente.

Para entonces, su mirada ya estaba perdida. Nora notó como los colores subían a sus mejillas y bajó la cabeza, avergonzada. Era tan vergonzoso que una madre dijera eso de un hijo delante de su pareja -si es que eran pareja- y que esa persona ahora estuviera inexpresiva.

Pero, lo peor, era que estaba en lo cierto.

Hacía unos días que había considerado esa posibilidad. ¿Estar enamorada de Landon era posible? No estaba segura, su cabeza era un nido de pájaros en ese momento. No podía entender la mayoría de cosas que hacía o que se dejaba hacer por él. Estaba segura de que si la relación con Shane hubiera sido la mitad de complicada, no habrían estado más de un mes juntos.

-Señora Fox... -empezó Landon.

-No, por favor -su voz sonaba suave esta vez-. No necesito ninguna explicación para esto. Era imposible que Nora no se enamorara nunca, sólo entiéndeme. Es mi hija y comprender que ya se ha hecho toda una mujercita -miró a Nora con una sonrisa casi nostálgica- es duro.

-Lo imagino -corroboró Landon.

-Por eso quiero que cualquier tipo de explicación que des sea para mi marido, no para mí. Mi marido no tiene ni idea de que tú y mi hija sois pareja. ¿Te apetecería venir a cenar el sábado para que os conozcáis? Mi hija mayor también estará con su prometido.

Speed heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora