● ESTA HISTORIA CONTIENE ESCENAS CON LENGUAJE FUERTE.
● QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA LA COPIA DE ESTA HISTORIA.
● NO SOY PROFESIONAL, ESCRIBO PORQUE ME ENCANTA HACERLO.___________________________________________________
El frío de la noche azotaba mi rostro, y noté como su pequeña mano se estremecía al sentir el frío clima asturiano. Iba acompañada de mis 3 hermanos pequeños por una de las solitarias calles de Oviedo. Lucía, de 10 años, llevaba agarrado a Kevin, el único hermano, de 6 años, y por último, yo iba agarrada de la mano con la pequeña Rocío, de 3 años. Nuestro padre había muerto hacía ya 2 años, y hacía como 4 horas, mamá nos había echado de casa.
Caminamos cuesta arriba por una calle poco transitada, pero habitada. Todas las luces de las casas estaban apagadas, lógico, quien iba a estar despierto a las dos de la madrugada y con éste frío. Vimos una débil luz encendida y nos acercamos corriendo.
A través de una ventana se podía ver a gente sentada alrededor de una mesa, haciendo algo que suponía cenar.
Toqué amablemente a la puerta, necesitábamos comer algo. Una señorita de unos treinta y pico años se asomó por la ventana y nos miró ranciamente.
-¿Qué queréis?-preguntó secamente.
-Siento momestarla a estas horas, pero mis hermanos y yo estamos hambrientos y...-
-No me cuentes tu vida, y por favor, sal de mi propiedad.-dijo y cerró la ventana. Me quedé pasmada y cuando vi que la luz se apagaba, empezé a aporrear la puerta gritando.
-Por favor, nos echaron de casa, por favor.-
Alguien abrió la puerta, un chico que aparentaba mi edad, muy guapo.
-¿Te importaría dejar de golpear mi puerta?-dijo igual de frío que la señora, supuse que sería su hijo.
-Nos gustaría comer algo, por favor llevamos 4 horas en la calle...-
-Pasa.-
-Vamos.-dije agarrando a Rocío de la manita, pero el chico me frenó poniendo su mano en mi pecho.
-Ellos no, sólo tú.-
-Esperadme aquí, ahora vuelvo.- entré en la casa.
Llegamos a la cocina y sacó una botella de la despensa.
Me tendió una botella de agua.
-Ya te puedes ir.-dijo cortante saliendo del cuarto dónde nos escontrábamos.
-¿Y la comida?- pensé
Abrí la despensa sin hacer mucho ruido, podía volver en cualquier momento. Ví una bolsa de patatas fritas, la agarré rápidamente y me la guardé en la chaqueta.
Volvió aquel chico con una cinta negra en la mano. Me miró sonriendo maliciosamente, ahora entendía lo que siempre decía papá.
-Nunca hables con extraños.--No harás lo que creo que vas a hacer...-dije que un susurro, mientras caminaba hacia atrás y él se acercaba en mi dirección, hasta que choqué con la pared.
Él se acercó a mi hasta quedar prácticamente pegado a mí, no sé ni cómo lo hice que quedamos al revés, intenté escapar pero fue rápido y me agarró del brazo.
-No vas a ir a ninguna parte.-
-Suéltame por favor.-noté en ese momento que una lágrima corría por mi cara.
Entonces se me ocurrió algo. Algo que nunca falla.
Levanté la pierna rápidamente y ésta paró, "con la mala suerte", en sus genitales. El problema vino cuando él fue más rápido que yo y me agarro de la muñeca provocando que me diera un fuerte golpe en la cabeza con uno de los armarios de la cocina.
Lo que pasara ahora sería cuestión de suerte.________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________
ESTÁS LEYENDO
ENCERRADA®
RomancePensaba que lo que comenzaba era una pesadilla, una pesadilla dónde sólo existíamos él y yo.