Quédate

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-papá porque mamá nos dejó?- Esa era una pregunta diaria de una pequeña pelirroja de 7 años de edad, su madre los había abandonado. Iván ya no sabía qué hacer, sin trabajo, a cargo de una hermosa niña con demasiadas deudas que no le veía el fin, sin comida y muy pronto sin un techo dónde dormir. Sólo le quedaba una opción por más que le pesara. Ese día que le había hecho la misma pregunta le ofreció a la pequeña un paseo al parque, lo disfrutó demasiado, comieron helado, alimentaron a unas cuantas palomas, se tomaron un montón de fotos con una cámara vieja que su padre le regaló a natalia.

-No lo sé, cariño- le respondió después del largo paseo, nat lo mira sin entender, ya que pasó un largo rato de la pregunta- a lo de tú madre, cariño - al parecer la pequeña natalia lo recuerda, detiene su padre la caminata y se agacha para poder quedar a su altura

-tal vez ya no nos quiso?, pero sabes algo, yo si te quiero, muchísimo- le decía la pequeña pelirroja, mientras se abrazaba del torso de su padre

-cariño, vamos hacer algo, mira...te vas a quedar con unas personas que te van a cuidar...- decía mientras la niña lo veía con cara de no entender- nat... volveré por ti, o tal vez algún día nos volveremos a ver

-pero...papi yo no me quiero quedar con nadie que no seas tú- decía mientras las primeras lágrimas se asomaban de esos bellos ojos esmeraldas, tan expresivos que era inevitable ver que la pequeña estaba triste- no me importa no tener dinero, yo te quiero a ti- Iván se asombró tanto por las palabras de Nat, él siempre ocultaba cualquier evidencia de que estaban en bancarrota, pero al parecer la nena era más lista de lo que pensaba - por favor, no me dejes....-decía mientras hipaba y sus redondas mejillas se pintaban de un rojo intenso

-mi pequeña, es lo mejor para ti, de hecho está al frente tú nuevo hogar- la tomó por los hombros para que se diera la vuelta, enfrente de ellos se encontraba un gran edificio color café, con un gran letrero que decía "casa hogar" un jardín enorme y un montón de niños corriendo de un lugar a otro, a nat le pareció lindo el lugar, pero aún así no quería alejarse de su padre- qué te parece?, es lindo...me esforcé en buscarte un bonito lugar, yo mismo vi cómo tratan a los niños, son buenos...

-por favor papá, no me dejes, quédate- le decía mientras mas lagrimas salían por aquellos ojos esmeraldas, nat no se percató de que su padre la había cargado y llevado hasta adentro de aquel edificio y sin querer se quedo profundamente dormida.

-buenas tardes, señor Romanoff, cierto? -le preguntó una señora de apariencia muy amable, cabello castaño, ojos cafés, piel blanca, de estatura mediana, amable- soy Melina, la encargada de este pequeño pero bonito lugar

-Si, si soy, buenas tardes, enserio le agradezco que me permitan dejar a mi cachito de cielo con ustedes

-no se preocupe, lo primordial es la salud de la pequeña, quiere pasar a dejarla...

-no, así va hacer menos doloroso para ambos- la pequeña en el corto tiempo había caído profundamente dormida en el hombro de su padre, se la entregó a la señorita Melina y se despidió con un beso en la frente y un "te amo" y sin más se fue, sin dar una última mirada, a veces tenemos que hacer sacrificios por el bien de los hijos.

Cuando Natalia despertó en una habitación donde no reconoció las paredes de su casa, estas eran rosas y no estaban desgastadas como las de su pequeña casa, empezó a gritar "papá" para que el llegara pero eso nunca paso, en su lugar apareció una señora que no recordaba lo cual hizo temer más de ese lugar desconocido, fue así como se dio cuenta que su padre la había abandonado.

Pasado una semana, la dulce Natalia había perdido ese brillo en sus ojos, no jugaba, a veces y con suerte comía, hasta que un pequeño niño rubio, amable, de ojos azules, flacucho y piel pálida, hizo lo que muchos había intentado hacer, levantarle el ánimo.

-zanahoria! Dónde estás? Te voy a encontrar!- decía el pequeño Steve, mientras buscaba en la habitación de su pequeña zanahoria, abrió el armario y la encontró- te encontré! -gritó -perdiste, como siempre gane yo! -levanta los brazos en señal de triunfo

-no es justo -decía Nat mientras hacía un puchero -ya no quiero jugar -dijo mientras tomaban asiento en su cama

-bueno...qué tal...vamos al patio?- le dijo mientras tomaba su pequeña mano para que se levantara de su cama y caminara hacia la puerta

- y ahí cómo para qué?- dice mientras caminaban en los pasillos de aquel edificio

-para ver algo diferente? -se cuestiona, mientras sus manos seguían entrelazadas

Cuando llegaron al lugar se sentaron lo más cerca que pudieron de la reja que les impedía salir, así estuvieron un largo tiempo hasta que la señorita Melina sale del edificio para hablarle a Steve

- Steve ven! -grita Melina desde la puerta -unas personas te quieren conocer, cariño -ambos niños se paran del pasto donde anteriormente se encontraban sentados -vamos, cariño!

- ahorita regreso Nat -dice mientras rompen la unión de sus manos- o me quieres acompañar?

-te acompaño -vuelven a tomarse de las manos, cuando al llegar a la puerta principal Melina frena a los dos pequeños- Natalia tu te quedas, cariño -

-pero quiero acompañar a Steve -

-no cariño, lo siento pero no puedes- dice mientras toma la mano del pequeño para caminar hacia la oficina principal rompiendo nuevamente la unión de sus pequeñas manos

Ambos niños se dedicaron una última mirada antes de desaparecer, Nat se sentó en los escalones para esperar a que saliera Steve, cuando por fin salió Steve y vio a Nat corrió hacia ella con una sonrisa enorme

-Nat, adivina que?...una familia por fin me quiso- soltó Steve de la emoción, al instante a nat se le borró la sonrisa que tenía

-qué? - Nat no sabía que decir, otra persona importante la iba a dejar

-oh Nat - dijo cuando cayó en cuenta que se lo iban a llevar lejos de su querida zanahoria

- te vas? No te puedes ir Steve, no me dejes -Para Nat era inevitable no llorar, lo abrazó tanto, no lo quería soltar

- Pero... ta lvez y nos volvamos a ver...le puedo decir a los señores Rogers que te lleven también- le decía con ilusión

-amor ya esta listo todo -detrás de ellos estaban ahora la nueva madre de Steve - nos vamos- dijo mientras lo alejaba de nat

-quédate Steve! No te vayas! -decía nat gritando y llorando mientras era detenida por una de las empleadas. Steve logró zafarse del agarre de su madre e iba a correr hacia Nat pero fueron los brazos de ahora su padre que lo detuvieron y lo llevaron a la salida

-Nat! Volveré! Vendré por ti! -gritaba steve que era llevado hacia la salida

-STEVE -grito todo lo que pudo la pequeña Natalia -quédate...



















No siempre hay un final feliz :)

esto es todo, adiós, adiós!!👋🏻

💕XOXO... :)💕

15/06/20

•~Historias Romanogers~•Where stories live. Discover now