Después de la Tormenta Viene la...

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Juliana estaba esperando a Valentina, acostada en su habitación mientras hacía algunos bocetos. Desde que había llegado a México no había dibujado nada, las piezas que modificó en los primeros meses en el país latino (a escondidas de Milagros) eran solo personalizaciones, ya que no tenía material para hacer algo más grande o más elaborado.

Cuando El Chino les entregó a ella y a su madre el maletín con dinero diciendo que podía usarlo para pagar su escuela de moda, su primera reacción fue estar en completo shock: era la primera vez que el Chino le daba algo en mucho tiempo, y su segunda reacción fue negarlo, porque en su opinión era dinero sucio y no quería ese tipo de dinero, pero al final terminaron aceptando y hoy están usando el dinero para mejorar sus vidas.

Hoy, Juliana y su madre viven en el departamento que Panchito les ha encontrado, y aunque solo las dos mujeres residen en el departamento, la presencia de Panchito es constante. No vive allí porque su relación con Lupe todavía es demasiado reciente para que den ese gran paso, pero eso no cambia el hecho de que él está allí casi todos los días.

Además de haberse mudado, la madre de Juls también había cambiado su lugar de trabajo porque quería conseguir un trabajo donde tuviera un mejor pago y tal vez trabajar menos horas. No es que trabajar en el restaurante fuera malo, estaba muy agradecida por todo lo que Perita había hecho por las dos en el poco tiempo que trabajó allí, pero necesitaba un trabajo que garantizara un poco más de libertad y mejores ingresos financieros para ella y Juliana, ya que el dinero de El Chino no duraría para siempre. Consiguió un trabajo como asistente de oficina, teniendo que trabajar solo de lunes a viernes y estaba ganando relativamente bien.

Así, Juliana ya no tenía que trabajar y podía seguir concentrándose en sus estudios.

Y eso era lo que estaba haciendo Juliana. Tan pronto como toda la situación con su padre y el de Valentina se había asentado, y ella y su madre se alojaron adecuadamente en un apartamento, las dos comenzaron a buscar un curso para que Juliana pudiera terminar la secundaria sin tener que estudiar otro año entero. Había pasado una semana desde que asistía a un curso intensivo de secundaria, donde en 3 meses podía completar la escuela y finalmente graduarse. Y al mismo tiempo que estaría estudiando, podría ingresar a la escuela de moda de Rafaela, la madrina de Guille.

Después de que cesó toda la confusión, ella y Valentina regresaron a la escuela y hablaron con Rafaela sobre todo lo que había sucedido, y Rafaela, a pesar de decir que normalmente no haría esto, decidió darle a Juliana una nueva oportunidad y le pidió que produjera 10 bocetos de ropa de mujer y que le daba 15 días para mostrárselo, y le explicó que el tiempo era corto porque las clases del semestre estaban por comenzar y que si Juliana tardaba demasiado en entregarlo, no podría ingresar este semestre, solo el próximo año. También dijo que quería todos esos bocetos porque necesitaba saber si Juliana realmente era talentosa, para poder apostar por su talento. Eso si ella pasaba la entrevista.

Después de hablar con Rafaela, Valentina y Juliana fueron a buscar una papelería para comprar los materiales necesarios para que Juliana pudiera comenzar a diseñar los modelos. En nueve días ya tenía siete modelos sorteados, faltaban solo tres, entonces tuvo una idea: hacer un vestido para que Valentina pudiera usar el día de su entrevista. No sabía si sería un inconveniente o no hacer que Valentina usara una de sus piezas, pero sabía que definitivamente tendría un impacto diferente en la decisión de Rafaela porque no lo estaría esperando, así que eso fue lo que hizo. El día de la entrevista, mostró nueve dibujos y cuando Rafaela preguntó por el último, Juliana llamó a su novia y Valentina entró a la habitación con un vestido largo con una fina tela azul (Juliana obviamente se había inspirado en los ojos de Valentina), abierta a los lados y con unas lentejuelas que hacían brillar el vestido por la noche. El vestido casi cubrió los pies de Valentina y se movió alrededor de su cuerpo como si tuviera un viento constante sobre ella, debido a la ligereza de la tela.