Capitulo 3: Festejos

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La pequeña Juliette Lannister tenía 2 años, era rubia como Brianne pero todo su rostro gritaba Jaime Lannister para quien se detuviera a analizarlo bajo la redondez de su infancia. Sansa la miro con una sonrisa mientras ella abrazaba un conejito de peluche. La última vez que la había visto era una ligera curva en el vientre de Brianne.

- Es una niña preciosa.

- Gracias Milady. – contestó Brianne sonriendo mientras miraba a su hija entregarle su conejito a Sansa que estaba acuclillada en el suelo. Ella lo movió frente al rostro de la niña mientras que esta soltaba a reír.

Sansa le devolvió el conejito y se puso de pie, Brianne se acerco a su hija y la cargo en sus brazos.

- Le caíste bien, nunca comparte sus juguetes.

- Toda una Lannister ¿Eh? – bromeó la reina.

- En definitiva. – rió Brianne.

Poco después Brianne se retiro de la sala de té donde estaban, Sansa se dirigió a un balcón mientras suspiraba. Un toque en la puerta la hizo volverse mientras daba el permiso de entrar, una de sus damas de compañía entró con un bandeja llena de dulces.

- Aun no es la hora del té.

- Sí mi señora, esto es de parte de la Mano del Rey. – contestó la sirvienta poniendo la bandeja en la mesa. – También envió esta nota. – dijo tendiéndole una pergamino doblado.

- Gracias Marie. Puedes retirarte.

Cuando la muchacha se hubo retirado, Sansa desdoblo el mensaje.

La última vez que estuviste aquí no tuviste todas las comodidades que te merecías. Esta vez no será así. Tyrion.

La pelirroja sintió algo parecido a calidez en su pecho y ojeó la bandeja que estaba encima de la mesa, varios dulces estaban primorosamente decorados pero lo que más le llamo la atención eran 3 tartaletas de limón, aun lo recuerda, dijo una vocecilla en su mente mientras hundía su dedo en la cobertura de la tartaleta. Sí era de limón, en definitiva lo recuerda. 

Al atardecer Sansa fue con Bram a un acto público donde daba un largo discurso ante el pueblo y donde recibió muchas ovaciones. Ella se dio cuenta que realmente su hermano estaba haciendo un excelente trabajo como rey y se lleno de orgullo su pecho. Tyrion también estaba ahí junto con Brianne unos pasos más atrás y Bron entre el pueblo. Por el rabillo del ojo vio que Tyrion la miraba disimuladamente. Se sentía algo rara pero no incomoda ante este escrutinio y muy en el fondo ella sabía que esos detalles le gustaban. Finalizado el discurso le hizo un gesto a Podrick y Sam para que bajaran a su hermano a suelo firme y empujo su silla hacia donde estaba un pequeño carrillo para transportar al rey.

Para volver al castillo comenzó a caminar detrás del carrillo que llevaba a su hermano, Tyrion se puso a su lado.

- Hoy inician los festejos de reinauguración. – dijo Tyrion sin dejar de caminar. – Habrá un gran banquete en el jardín oeste.

- Eso escuche. – contestó ella.

- ¿Te parece si te acompaño al festejo?

Ella lo miro y vio que removía sus manos, nervioso, así que sonrió ligeramente.

- ¿Me estás haciendo la corte Diablillo?

- ¿Habría algún problema si fuera así?

- No realmente. – contestó ella sorprendiéndose de su propia respuesta.

Pudo ver a Tyrion sonreír y ella no pudo evitar una ligera curvatura en sus labios, de mis maridos fuiste el mejor, recordó ella lo que le dijo en la cripta de Invernalia, y no se arrepentía de esa afirmación. Era cierto. Tyrion aparte de sus hermanos había sido uno de los mejores hombres que en su vida pudo conocer.

Redención (Game of Thrones)Where stories live. Discover now