Tortillera

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Es una escena alternativa a lo que ocurrió en ese capítulo de la novela :v Iba a ser diferente, pero dado los acontecimientos del capítulo de hoy, mi corazón está demasiado feliz por ese beso que le dio Lucía a Ale, así que no pude hacer que terminará mal. Además no soy muy fan de los finales tristes, lloro.

¿Quien hizo esto? —pregunta Dani con voz fuerte.

Ale se acerca y observa la palabra escrita en la puerta de su locker. No necesitaba ser adivina para saber quien había sido el culpable.

—Me vale madres quien haya sido, todos ustedes se pueden ir a la mierda —dice con odio y se aleja de todos, con Dani siguiéndole el paso y Lucía llamándola.

—Dani, espérame tantito. Hablaré con ella —le dice Lucía y Dani asiente, alejándose para darles su espacio. Lucía observa a los lados, y se acerca a Ale. —Lo lamento.

Sus miradas se encuentran, y en el brillo de sus ojos verdes, Ale puede ver cariño. Un cariño que se mantiene oculto cuando están en público, un cariño que solo sale a la luz cuando están en la seguridad de su habitación.

—Detesto al idiota de Benjamín —gruñe y desvía la mirada. Lucía vuelve a observar a su alrededor, el campo está vacío igual que la última vez que lo escaneó, pero no puede evitarlo. La ansiedad la mantiene alerta. Ale suspira y suelta una risa seca. —No te preocupes, no hay nadie cerca.

—Perdón —se disculpa y agacha la mirada.

—Deja de disculparte, Lucía —responde. —Si solo venías a eso, pues ya lo dijiste. No tienes nada más que hacer aquí. Vete si es lo que quieres.

—Ale...

—Sé que me pediste tiempo. Entiendo que es difícil para ti, y no te estoy juzgando. Pero no creo poder aguantar más esto.

—No, por favor —ruega Lucía. —No lo hagas.

—Es que no entiendo que estamos esperando —afirma Ale, mirándola a los ojos. Una lágrima rueda por la mejilla de Lucía y se siente culpable por ello, pero no puede evitarlo. Aún cuando la ama demasiado, para Ale es doloroso tener que compartir sus labios. —Ambas sabemos que esto no va a llegar a ningún lado.

—Prometiste que esperarías.

—Hay promesas que se rompen, Lucía.

—Pero tu no rompes las promesas.

—Siempre hay una primera vez para todo, ¿no? 

Y así, con el corazón hecho pedazos, se alejó de la única chica que provocaba tantos sentimientos en ella y Dani, fielmente, la acompañó en silencio. Esa noche, sus miradas se encontraron en el diner. Aún a la distancia, podían notar la tristeza en el rostro de la otra. 

—¿Podemos hablar? —pregunta Lucía al encontrarla saliendo del baño.

—Ya dije todo lo que tenía que decir.

—No, no lo acepto.

—Es que no es cuestión de que lo aceptes.

—Ale, debe haber algo que pueda hacer para no perderte.

—Sabes perfectamente la respuesta a eso, Lucia —le responde. —Pero tampoco quiero que te sientas obligada. 

Cuando Benjamín besó a Lucía, Ale se dispuso a marcharse sin importarle las peticiones de Dani. Los labios de Benjamín eran toscos, y, aunque no besaba nada mal, en definitiva no eran los labios que Lucía deseaba en esos momentos. En medio del beso, vio a Ale tomar sus cosas y salir apresurada del diner. Rápidamente alejó a Benjamín.

—Hey, Lu ¿what's wrong? —pregunta Benjamín.

—Eh, yo... yo... ammm —murmura Lucía, la ansiedad apoderándose de ella. Buscaba las palabras adecuadas, pero mientras más pensaba, más tardaba en ir tras Ale. —Lo siento Benja, pero ya no quiero seguir contigo.

—¡¿Qué?!

—Y no me sigas, por favor —le dice alejándose rápidamente y saliendo del local.

—¡Lucía, espera! 

Encontró a Ale pegada a la pared fuera del diner con el teléfono entre sus manos y la mirada baja. 

—Me alegra que no te hayas ido aún.

—Estoy esperando a mi mamá.

Lucía le sonríe y se acerca.

—Ale, no te quiero perder.

—He escuchado eso antes —responde con una sonrisa burlona.

—Esta vez va en serio —deja una caricia en la mejilla de Ale. —Estaba muy confundida, y no sabía lo que estaba pasando conmigo. Lo único que tenía claro de todo esto, es que te quiero. Solo te quiero a ti. 

—Lucía, no puedo soportar que ahora estés conmigo y al ratito entres y beses a Benjamín.

—No, no. Eso ya no va a pasar —le dice y besa su mejilla. —Solo quiero estar contigo.

—Lucía...

—Ale, solo cállate y bésame.

Y en medio de las luces nocturnas de Houston, y de los pitidos de los autos, se besaron de la manera más tierna. Era la primera vez que Lucía la besaba en otro lugar que no fuera su habitación, sin importarle las personas que transitaban alrededor, ni que Benjamín pudiera salir en cualquier momento. Sintió las manos de Lucía acariciarle el cuello de esa manera tan especial que la llenó de escalofríos. Se sonrieron sobre el beso, sintiendo el placer que esa acción causa y sin la menor necesidad de calmar los aleteos en sus estómagos ni el frenético latir de sus corazones.

—Hay algo más que quiero decirte.

—¿Qué es? 

—Te amo.

Y para Lucía, la sonrisa de Ale lo dijo todo.

Luciale(x) One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora