"PRIORIDAD CERO"

En la academia nos enseñaron protocolos para las prioridades de las misiones, cuanto más bajo era el número, más peligrosa y secreta debía ser la misión. Solo que, en todos los años que llevaba siendo cazador, más los años de academia, más haber visto a mis padres siendo cazadores, nunca he conocido que existiera de la prioridad cero. Mis padres murieron en una prioridad uno, y esa era la prioridad más peligrosa que existía. Al menos hasta hoy.

- No existe la prioridad cero. - dijo Jack con un tono que podría confundirse con miedo.

- Sí existe. A partir de hoy existe. - contestó Collins. - Espero que entendáis la importancia de esta misión.

No paraba de dar golpecitos a la palabra "cero" de la carpeta, intentando llamar nuestra atención hacia ese número, como si no lo hubiésemos hecho ya.

- ¿Nunca antes ha habido un cero? - pregunté confuso.

- Solo una vez hace unos dieciocho años. - contestó mientras empujaba una de las carpetas hacia mí. - Pero eso ahora no tiene importancia.

Abrí la carpeta y lo primero que me llamó la atención fue una foto cuadrada de unos diez centímetros donde salía una chica de cintura para arriba. Era joven, quizás un par de años menos que yo, vestía con un jersey azul claro y tenía el logotipo en el pecho de lo que parecía ser una escuela. Era una foto de anuario de un colegio.

Jack silbó al ver la foto y dijo:

- ¡Está buena!

Tanto Collins como yo le miramos con reprobación. Le dan la misión más importante en dieciocho años, y su primer comentario era algo tan estúpido como eso.

- Es tu prioridad. - le dijo Collins tan serio que hasta yo me enderecé en mi asiento. - Tu vida no importa una mierda comparado con la suya. ¿Lo entiendes?

Entonces empecé a leer el informe sobre aquella chica. Era huérfana, o mejor dicho, de padres desconocidos. Solo ha conocido el orfanato donde estaba. alguien había dejado un bebé en la puerta y se había largado abandonándola allí, y desde entonces, no consta ninguna otra residencia.

- ¿Por qué ahora? - pregunté mientras intentaba entender la importancia tan extrema de la misión.

En la carpeta no había nada que indicase quien era esta chica en realidad, ni porqué era tan importante. Aparentemente era una misión de rescate. Había que sacarla del orfanato y traerla a La Terminal. Pero, ¿por qué? ¿qué tenía esta chica? ¿por qué había que interponer nuestras vidas a la suya? ¿por qué mandarnos a los dos? esta misión la haría un novato sin despeinarse.

- Se le acaba la protección. - contestó sin más Collins.

- ¿Qué protección? - preguntó Jack.

- Ese orfanato no es un orfanato normal. Es católico, por lo que cuenta con mucha protección celestial, y a la vez, está protegido por mucha magia demoníaca. De hecho, nos ha costado dieciocho años encontrarla.

- Que tontería. - dije sin pensar. - ¿Protección celestial? ni que eso existiera.

Collins me miró con el ceño fruncido, pero no dijo nada al respecto. Siguió hablando sobre la misión y la discreción que debíamos tener.

- Nadie tiene que saber ni siquiera que salís juntos de aquí, ni donde vais, ni lo que tenéis que hacer. - y entonces nos dio otra carpeta que ponía "prioridad cinco". - Esta es vuestra tapadera, unos vampiros que rondan en el pueblo cercano al orfanato. Es posible que os encontréis con cazadores por el camino, es primordial que no sepan nada de vuestra misión.

- ¿Qué sabe ella? - preguntó Jack.

Era una buena pregunta, pues habría que convencerla para que nos acompañara, y tan solo eramos unos desconocidos para ella.

- Nada. - ambos bajamos los hombros con derrota, pues significaba que prácticamente íbamos a tener que secuestrarla. - Y además, no podréis usar la fuerza con ella. Tiene que venir por voluntad propia.

- ¿QUÉ? - preguntamos los dos a la vez a gritos.

Nadie, en su sano juicio, abandonaría su hogar para irse con unos extraños desconocidos.

- Sois chicos inteligentes y atractivos, y ella es una joven que no ha salido del orfanato. Seguro que no os resulta tan difícil.

No me gustaba. Esto era dejar mucho a la improvisación. Esperar que la chica decida venirse con nosotros por nuestra cara bonita, era una mierda de plan. Podrían pasar mil cosas, mil opciones, incluso la de que ni siquiera le gustasen los hombres. ¿Entonces qué haríamos? ¿cómo la convenceremos?

Miré a mi izquierda y vi a un Jack exultante, él era más de este estilo, de improvisar y no tener nada controlado. Para él cada misión era un desafío.

- En una semana ella acabará las clases en el orfanato. En principio debería abandonar el centro, aunque es posible que haya alguna monja que quiera impedírselo, o convencerla para que se quede. - explicó Collins. - Creen que es seguro, ya que lo ha sido todos estos años, pero sabemos que eso ya no es así.

- ¿Cómo lo sabemos? - pregunté intentando entender algo de esta misión.

- Porque la hemos encontrado.

Algo no olía bien aquí. ¿Llevamos dieciocho años buscando a esta chica sin éxito? ¿qué ha cambiado ahora? Y lo más raro de todo, ¿por qué es tan importante esta chica?

Esa fue la última frase que dijo, una frase que me dejó con diez mil preguntas y muchas especulaciones.

Jack no parecía estar mucho mejor que yo, echaba para atrás su pelo una y otra vez, intentando ocultar lo poco que le gustaba este trabajo. Aunque le gustaran los trabajos difíciles, este parecía ser algo más, o era demasiado fácil, coger a la chica y ya está, o lo que nos temíamos los dos, una prioridad cero, una misión donde nuestra vida iba a estar más en juego que nunca, sobretodo por la falta de información que nuestra gente nos proporcionaba. 

Abrí un segundo la carpeta justo antes de salir del despacho, y leí lo que buscaba:

NOMBRE DEL SUJETO: Elizabeth Angels 

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