Capítulo 2: La discución y el nuevo comienzo.

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—Mary...— susurra mí padre.

Mary... segundo nombre, así me decía mí mamá siempre.

—No papá, ya lo decidí, me voy— le doy un breve abrazo y salgo.

—Ashley— dice y lo veo esperando a que hable —solo cuídate mucho ¿Ok?

—Adiós papá— él no dice nada más ya que sabe que no voy a cambiar de idea.

—Liam, ve con ella y cuídala por favor— le dice.

—Sí Christian, nos vemos luego— apenas alcanzo a escuchar ya que voy bajando las escaleras.

—Ayúdame Liam— estas maletas son más pesadas que apenas las puedo levantar.

—Ya voy— dice de mala gana.

Me alcanza y agarra una maleta.

Uff que alivio.

»Sube al auto Ash... Ashley— se retracta.

—Tengo auto yo— me dirijo a mí auto a abrir la puerta.

Meto una maleta en la parte trasera y Liam viene a mí a dejar la otra.

—Voy atrás tuyo ¿Ok?

—Ya lo sé— rodeo los ojos y subo.

Él no me contesta y se sube al suyo.

Mí padre sale y se apoya en la puerta con una mirada perdida y me saluda con la mano.

Lo imito y acelero.

Los guardaespaldas de mí papá abren el portón y salgo con Liam detrás mío.

Antes de llegar paro en un supermercado y compro comida, bebidas y cosas de higiene.

Manejo 40 minutos y llego a mí departamento.

Dejo el auto en el estacionamiento y bajo.

Liam sale después.

—¿Más lejos no querías ir?— pregunta.

—La verdad que sí, quería irme lejos de ti, pero lamentablemente no lo conseguí— le sonrío falsamente y me dirijo a la puerta con una maleta y las bolsas de compras y Liam con la otra.

Abro y voy al ascensor.

Las puertas se cierran y los dos quedamos en un silencio medio incómodo.

Ahora que lo detallo bien este hombre es muy atractivo. Pelo rubio desordenado, ojos claros, labios rosados, piel blanca y parece que se ejercita mucho.

Me hace acordar al verdadero Roger Taylor cuando era joven, solo le faltaría el pelo largo.

Suspiro por dentro

Mí amor platónico...

—¿Qué edad tienes Liam?— pregunto curiosa.

—Veintisiete— responde y me mira —¿Y tú casi veintiuno no?

Asiento.

No decimos nada más hasta que el ascensor se abre en el último piso.

Camino, saco las llaves y abro la puerta.

—Esto parece más un pent house que un departamento.

—Creo que si, la recepcionista me había dicho que en este lugar solo viven siete personas— digo mirando todo.

—Precioso...— murmura mirando en la ventana la vista.

Este pent house es enorme. Ya viene incluido con los muebles, sillones, y todo.

El Miedo De Ashley #2Kde žijí příběhy. Začni objevovat