13. Larga vida al Rey.

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- ¿La verdad? - Se me fue la resaca.

-Cielo, lo feo, está por llegar. Se acerca la gran purga.

Se levantó y se fue.

-Joder, se acerca lo chungo.

Me recliné unos segundos, me puse la camisa como pude, y bajé al salón, puse una buena cancioncita, seguro que le sonaría.

"I don't want, set the world, on fire..."

Alastor, que estaba preparando el desayuno, se giró mirándome.

- ¿Qué?

Su expresión cambió cuando empezó la guitarra eléctrica, y me miró con incredulidad.

- ¡Eve! ¿qué manera de destruir la canción tan hermosa que me pusiste es esa?

-Vamos, Mr. A, no es para tanto, suenan muy bien. Son mis preferidos.

-Cariño, tienes unos gustos peculiares, querida.

-Peculiares, que no malos, maestro- Dije preparando el café. Le serví una taza.

-Hay algo, en estos músicos que me llama la atención – dijo bebiendo café.

-Oh, puede ser que note algo raro, porque, el baterista, es un músico de Jazz, Mr. A.

- Oh, qué agradable sorpresa, ¿Y cómo es posible que un músico de Jazz acabe tocando esta cacofonía?

Escupí el café, me reí mucho.

-Señor, pues porque este estilo, deriva del jazz, al igual que el rock, es un derivado, y es difícil de tocar, por eso los baterías de jazz son muy valorados hoy en día.

-Preferiría que se tocase como antes, sin tanta tecnología. No me agrada, querida.

-La tecnología es buena, pero no en exceso. Sabe, las radionovelas están volviendo con fuerza, en formato analógico, y digital también.

- ¡No me digas, querida! – Se le veía alegre.

-Sí, la verdad, a mí me gustan, las de terror, aún recuerdo cuando tenía que apagar la radio porque oírlas me producía pavor.

- ¡Ja! Eres una caja de sorpresas, encanto- Me pellizcó la mejilla.

- ¿Que cree? Sé más de lo que parezco- Dije mordiendo una tostada-Estoy así, por pasarme más tiempo encerrada leyendo que afuera, cuando otros se iban de fiesta, yo me encerraba en casa a oír la radio, eso no cambiará nunca. La magia de la radio, no va a ser superada, ni con toda la tecnología del mundo podrán superar a la radio, salva vidas, cambia el mundo. Orson Wells es la prueba.

De repente, se levantó, con expresión de asombro, y se inclinó a tomarle la mano, con suavidad, como siempre todo un caballero, dejé la tostada sobre la mesa, y lo miré, sorprendida. Me miró a los ojos.

-Querida mía, eres, la mujer que todo hombre como yo, debe tener como compañera, escúchame con atención querida: Basta de ocultarnos, si tengo que admitir que eres mía, lo haré, si tienes que admitir, que soy tuyo hazlo, si alguien, trata, por un momento de tocarte un pelo, regaré el suelo con sus entrañas y me haré un trofeo con su cabeza, hermosa mía.

No pude decir nada, estaba en shock, noqueada, ¿¿Qué demonios dijo??

-Maestro Alastor...- No alcancé a decir nada más, el corazón me latía, y me ardía la cara, hasta la raíz del cabello, besó mi mano, y se levantó.

-No digas nada, cielo. Todo irá bien, Ve a ver a Rosie, estudia duro, en especial página 666, cuidadosamente todo el tema, luego, vendré a por ti, ¿Entendido?

El Maestro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora