Cap.37 "No te merece, es muy idiota para ti".

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—¿Por qué te sorprende? —pregunté volteándome el. —Soy adorable.

—Si, lo eres. Pero Thais no. —Se rio y lo seguí.

—¿Que te parece esto? —Su hermanita pequeña salió del probador a espaldas de Nathan y no pude evitar taparme la boca con la mano. El volteó a verla y tuve que reírme.

Thais tenía unos jeans azul oscuro, una camiseta blanca con una chaqueta de cuero sobre ella y unas convers iguales a las mías. Me mordí el labio inferior, llena de ternura. Era definitivamente la misma ropa que su hermano usaba.

—Ja-ja. Muy graciosa —dijo el. Ella fingió caminar como un hombre y ahora si, solté una risa.

—Miren, soy Nathan. —Se cruzó de brazos y nos miró fulminando los ojos, como haciendo la pose de un mafioso de una portada de película. Me reí junto con ella y vi como Nathan revoleaba los ojos. —Me gusta esta ropa. —Dio un par de saltitos.

—¿Por qué te gusta? —preguntó el, agachándose a su lado.

—Porque quiero ser igual a ti. —Ella le sonrió y entendí porque Nathan solía decir que siempre tenía ganas de apretarle los cachetes. El le devolvió la sonrisa con ternura y buscó algo.

—Espera, te falta algo. —Le colocó sus gafas negras que le quedaban gigantes y tuvo que tirar la cabeza hacia atrás para que no se le cayeran.

—Ahora soy ruda y mira, tengo las zapatillas de Alison. —Me reí y me acerqué.

—Te quedan mejor que a mi —le dije animándola. Jade salió del probador con una blusa rosa y un jean negro.

—Me gusta, me gusta —chilló mirándose en el espejo.

Después de casi media hora más ahí dentro, Nathan casi se infartara con los precios de toda la ropa de Jade y la empleada nos entregara unas cinco bolsas, salimos del lugar.

—¿Sabes por qué no suelo ir a comprar ropa? —Nathan me preguntó al oído.

Apenas pusimos un pie afuera, Thais se dio vuelta a nosotros.

—Tengo hambre —dijo ella y el suspiró frustrado.

—Porque Thais no puede irse sin comer. —Me reí de ellos.

—¡Si, hamburguesas y a los juegos! —Jade movió sus manos en alto, revoleando una de sus bolsas.

—Mm, no, no tengo más dinero —fingió empujándolas por la espalda hacia la salida del centro comercial.

—No es cierto. Mamá te dio muchos dólares más de los que gastaste. —Abrí mi boca ante el reclamo de Thais.

—¿Desde cuando haces tantas cuentas? —El se cruzó de brazos.

—¿Desde cuando eres tan ingenuo? —Copió su gesto y me hice pequeña en mi lugar, Nathan ya había venido casi obligado, no era buena idea molestarlo.

—Bueno, bueno. —Me puse entre ellos, porque yo sabía perfectamente lo que era una pelea de hermanos. —Que les parece si nos quedamos una hora más pero comida o juegos, ustedes eligen.

Thais y Jade se cruzaron de brazos para fulminar a Nathan con la mirada y el las miraba divertido.

—Comida. —Decidieron ambas al mismo tiempo mirándose.

—Genial, vamos a comer y luego a casa. —Las empujé para que comenzaran a caminar hacia el patio de comidas. Cuando estuvieron lejos, le hablé a Nathan. —Dijiste que si las llevaríamos a los juegos.

—Lo sé, tendrás que ver sus caras de sorprendidas luego de comer cuando les diga "A jugar." —Se rio y tomó mi mano.

Después de una hora comiendo y media hora en los juegos, las niñas ya estaban cansadas de caminar. Así que decidimos volver. Dejamos las bolsas en el baúl y emprendimos viaje a casa. Las dos se quedaron dormidas a los cinco minutos de sentarse. Estaban una apoyada sobre la otra con las bocas abiertas. Sonreí y volví a mirar al frente.

Controversia (Saga completa)Where stories live. Discover now