1. Su nombre es Loan.

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Había salido de su hogar.

Antes, Se despidió respectivamente de su padre y de su madre, que esta última se ofreció a llevarlo a donde sería su nuevo trabajo de asistente, declinó amablemente diciendo que le sería bueno caminar para empezar el día, a lo que finalmente se fue.

Resultaba agradable el caminar por lo que era Royal Woods, aunque insistía en que es el tipo de ciudad donde algo raro puede pasar.

El, Ryan DeMayo.

No tenía un sueño pero, si tenía claro en lo que asistiría o en un raro caso, cuidaría.

Sus padres le mencionaron que debería cambiar un poco su vestimenta, ya que no sabía qué asistiría, el los calmó diciéndoles que probablemente sean adultos, o bueno, recién entrados a la edad adulta, al ir caminando a su destino, se podía ver su camiseta negra, sus jeans negros y por último pero no menos importante, sus Converse, Negros.

En su rostro, además de sus ojos oscuros que no eran provenientes de ninguno de sus padres, le era presente el cómo algunas personas solían decirle que siempre tenía una mirada que podría matarte, aunque en realidad no fuera el caso, al final tenia unas pecas que apenas eran visibles.

Realmente no entendía de dónde vino el gusto al color negro, pero recordaba que desde que tenía de 11 a 13 años desarrolló ese gusto que ahora forma parte de su vida, solo era una parte de lo que era el.

Que sin darse cuenta, había llegado a su destino.

La casa Loud.

Donde habitaban los más ruidosos, aunque esta parecía ser otra casa, el color de esta era naranja y la que decían en los rumores, era blanca, bueno los tiempos cambian así que era de suponer que ellos también lo harían.

- Bueno, aquí vamos..—Se acercó a la casa, viendo cómo está era un poco más grande que la otra de los rumores, ya en la puerta, tocó la misma, el timbre no le daba buena espina por alguna razón.

Esperó a que abrieran la puerta, notando que si apenas había sonido ahora no se escuchaba nada, tomó aproximadamente 2 minutos para que la puerta finalmente se abriera, una chica de cabello castaño algo claro había salido, vestía de morado, bueno, solo un poco, ella lo veía con una mirada confusa, no entendía que hacía alguien que parecía tener su misma edad afuera de su casa, respetablemente le dijo.

- Buenas tardes, ¿Que se te ofrece?, ¿Eres amigo de alguna de mis hermanas?—Le dijo amablemente, si ese era el caso, probablemente llamaría a la respectiva hermana con la que quisiera hablar, ocurriéndosele una posible opción.

- Ah...buenas tardes, no soy amigo de alguna de sus hermanas, pero, el señor Loud me "contrató" para asistirla a usted y a sus hermanas..—Si antes ella, la chica, lo miraba confusa, ahora lo miraba detenidamente y con extrañeza, sintiendo como la desconfianza abordaba.

- Ya veo, espera un momento por favor.—Dijo sonriendo mientras entraba a la casa y cerraba la puerta momentáneamente e iba por su teléfono, llamando a su padre y verificando si era verdad.

Fue algo extraño eso si, pero, debía admitir la culpa, nunca había trabajado como asistente y menos para mujeres, solo esperaba que lo que fuera a verificar no tomara mucho, de ser ese el caso probablemente podría distraerse en su teléfono, des y afortunadamente, la puerta volvió a abrirse, viéndose como la misma chica de antes suspiraba.

Entre la multitud.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora