01 | Los reyes, la viuda y Michonne

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—¡Su majestad!

Serena alza sus brazos entrando en el teatro, viendo como Ezequiel la observa curioso.

—Es una reunión privada, señorita— habla Jerry, acercándose a la muchacha para sacarla del gran teatro.

Ezequiel levanta una mano, deteniendolo.

—Tú debes ser Michonne, la líder de Alexandria— supone la chica de ojos claros ante la descripción que le habían dado, luego empieza a subir las escaleras—. Tú Maggie Rhee, líder de Hilltop. Ezequiel..., Rey Ezequiel— se corrige haciendo una pequeña reverencia, sin borrar su sonrisa—, y tú su reina; Carol Peletier, líderes de El Reino.

Todos los presentes la miran extrañados, incluso desconfiados. No les llama mucho la atención el cómo los conocía, sus nombres son comúnmente dichos en las cuatro comunidades, lo que les parece raro es la actitud de la chica, tan.... confiada.

—No soy de sus comunidades, por si eso se están preguntando.

Tras sus palabras Michonne pone su mano por sobre su pistola, después de ella todos imitan su gesto, atentos ante cualquier movimiento en falso que diera la desconocida. Pero Ezequiel tan sólo sonríe, y nadie entiende el porqué.

Es como si la conociera.

—¿Quién mierda eres?— suelta el hombre con voz ronca.

Una ballesta apunta en su dirección y su dueño espera respuesta. Cabello castaño, lacio y por los hombros, ojos celestes, achinados, cicatriz en uno de ellos, cuerpo imponente, mirada penetrante, chaleco negro y un característico objeto en sus manos en el cual se puede leer en letras de purpurina rosa «Jude»: no le cuesta mucho reconocerlo como Daryl Dixon, un importante personaje de las historias que él le contaba y, para Serena, su personaje favorito.

Trata de no mirarlo directamente a los ojos, le es imposible ya que estos la miran fijamente, intrigados y furiosos, porque Daryl sabe que esa mirada la vió en otros ojos parecidos a los de ella. Le molesta tanto que ella lo vea, porque no deja de verlo reflejado en su mirada.

Serena va a abrir su boca, cuando en su camino se cruza una niña, una niña a la que no le había prestado atención antes, la cual la apunta sin titubear.

Ella en específico no es lo que llama su atención, sino la pistola que sus manos sujetan firmemente, hasta que ve aquel sombrero que descansa en su amarronada cabellera. Aprieta sus labios cuando siente como estos empiezan a temblar, porque reconocería en cualquier lugar ese sombrero, aunque le falta su estrella. El icónico sombrero que le perteneció a el sheriff del pequeño condado de King Country, junto con la Colt Python que es bajada un poco, mientras su portadora ladea su cabeza sin saber porqué Serena la mira tanto.

En eso, sus ojos cruzan, es ahí cuando vuelve al pasado al reconocer unos ojos marrones idénticos a los de ella y le duele, le duele porque no es a él al que debe recordar en la niña, pero también le duele porque su recuerdo aún tiene cierta espina pinchandole por dentro.

Tiene enfrente suyo a Judith Grimes.

Limpia sus sudorosas manos en su pantalón al ver como Michonne pone a la niña detras suyo, en un acto de protección, entiende su rostro enfadado y para sus palabras.

—No sé quién seas pero...

—Soy Serena...— Mira a Judith, entendiendo que no es así como debería enterarse, no en este momento—Uhm..., sólo Serena. Sé que tendrán muchas dudas, que quieren que las responda y eso intentaré hacer. Vengo de una comunidad que quiere esparcir un mensaje sobre el nuevo mundo; uno que empezamos a crear desde hace mucho tiempo y que ahora podemos dar a conocer, un nuevo mundo que queremos enseñarles, a ustedes y a su gente.

De su bolsillo saca una fotografía, la desdobla dejándola encima de un gran papel al que no le da mucha importancia.

—Este era el mundo de antes, el que recordamos como algo muy lejano y al que nos gustaría volver.— Señala la imágen algo desgastada, en la que se ve a algunos niños jugando en una plaza, personas paseando a sus perros, otras simplemente caminando o corriendo; un día cualquiera en el anterior mundo—El proyecto "sanación", después de duros años de trabajo y esfuerzo, ya está aquí. Me alegra decirles que la resurrección de la humanidad está en marcha. ¿Cómo? Encontramos la pieza escencial para la reconstrucción de la vida que conocíamos, la cura a todo esto. Estoy aqui porque ustedes serán los primeros privilegiados en ser participes de este proyecto, porque un amigo suyo así lo pidió.

Residentes y huéspedes de El reino se mostraron sin habla, otros murmuraban. En cambio, sus líderes se encontraban desconfiados, viendo a la chica como alguna vez miraron a Eugene Porter, un supuesto cientifico que mintió para salvar su pellejo.

—¿Un amigo? ¿Quién te envió?— pregunta la viuda de Glenn Rhee.

Alexa sonríe, sabiendo que le harían esa pregunta, que querrían saber sobre aquel "amigo" que quiere ayudar tanto, porque ahora son muy pocas las buenas personas, a la vez que es muy raro encontrarse con ellas. Entonces, el saber que tienen un amigo que les dió la ubicación de El reino e información sobre ellos los inquieta, porque no saben si es un amigo o realmente es una amenaza para ellos.

Guarda unos segundos de silencio, preparándose para los rostros que vería.

Recuerda lo que sintió al saber que seguía con vida y sabe que ellos sentirán lo mismo, sabe la emoción que nacerá en cada uno de los presentes en esa habitación, la alegría que tendrán al saber que la pieza fundamental de el proyecto de la comunidad de Serena es la misma pieza fundamental que un día, hace algún tiempo, perdieron injustamente.

Entrelaza sus manos por encima de su estomago, mirando fijamente a Michonne, ella ya no la mira enojada, sino que ahora está ansiosa por saber sobre la supuesta amenaza para su comunidad y para las demás.

Mientras tanto, la niña tras su espalda arma teorías en su cabeza, porque sabe que la conoce de algún lado, no recuerda de dónde, pero sospecha saber quien es Serena.

El nombre de el hombre que hizo que todo fuera posible sale de su boca:

—Rick Grimes.

HEALING || TWDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora