Capitulo 2: Pesadilla.

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Desde que fue descubierto espiando hacia exactamente un semana, no terminaba de hacer su vida imposible. Juraría que aún no le expulsaba de la empresa con el hecho de tener antes, el gozo de hacerle su mula de carga.

Le entregaba pilas y pilas de carpetas que tenía que ordenar de un archivero a otro, entre los cuales algunos se encontraban en pisos diferentes y como le obligo a no utilizar el elevador, se la pasaba el dia bajando las escaleras.

En una desastrosa ocasión tuvo que ir hasta recepción, en una sección donde los clientes hacían sus quejas y habia tenido que bajar los veinte pisos del edificio para volver a subirlos completamente sudado y cargado nuevamente.

Sin embargo podría quedarse corto si solo recordaba aquello. Su cabeza estaba a punto de explotar luego de haber reordenado más de cincuenta citas para cambiarlas por las del mes próximo. Habiendo incluso que volverlas dos o tres veces a su fecha inicial.

Por otro lado su vida se caía a pedazos, desde lo ocurrido esa fatídica noche con Fuyuki: este se encontraba desaparecido. Le había llamado y le dio dos días en un mensaje para regresar, pero cierto era que nada volvería a ser como antes y se lamentaba a sí mismo el que aún lo quiera y se preocupara tanto.

— ¡Uboshita ven aquí un momento!—aquella exclamación le saco de sus pensamientos. Y recordó de camino a la oficina de su jefe, que desde hacía dos días habia comenzado a llamarlo por su apellido de manera mordaz.

¿Acaso este hombre no sabía utilizar los honoríficos?

Soportaría con tal que lo empleara hasta el "chan", como recordaba era en la escuela. A este punto terminaría por odiar el apellido.

Haciendo oídos sordos a lo que Genda le recordaba tres veces al dia, omitió la reverencia en cuanto estuvo a dos metros de distancia del escritorio de Mazawa.

— ¿Qué se le ofrece Mazawa-sama?—le vio sonreír con seriedad, levantarse de su silla e ir hacia el de manera sospechosa.

Con cada paso que daba hacia delante, Takato lo daba hacia atrás, lo que termino por lograr que la espalda chocara contra la puerta que rara vez habia visto ser abierta.

—Quítate la ropa...— ¿Habia oído realmente bien?— ¿A qué esperas? Terminare por hacerlo por la fuerza, hazlo...—le dijo suave, odiaba que hablara de esa forma.

— ¡Eh...!—miraba intranquilo hacia todos lados y ni siquiera sabía porque no estaba pidiendo auxilio, Genda estaba cerca podría ayudarlo y mucho menos comprendió porque se puso rojo.

Y si lo pensaba mejor, Genda no tendría valor para defenderlo y si no acataba sus órdenes... Mazawa-sama lo haría por él. Asi que se hizo de coraje y llevo sus manos al nudo de su corbata, cuando una socarrona carcajada le atravesó los tímpanos.

— ¿Q-Que es... tan gracioso...?

—Esto por supuesto, que estuvieras a un nudo y botones de obedecerme. Bien, me he divertido por un rato, puedes dar por hecha mi recreación del dia de hoy en la agenda. —Volvió a sentarse en su silla luego de servirse un vaso de wiski. —Y antes de que te retires quiero que vayas a la cafetería de costumbre y traigas un bocadillo acompañado de café. Espero recuerdes donde ir, ya has ido antes.

—No, no lo he olvidado. —se alejó de la puerta, pero algo le decía que no debía volver a confiarse y tendría que andarse con cuidado.

—Recuerda por ti mismo traerme el almuerzo, no pienses en anotarlo—y balanceo en su mano la agenda. ¿En qué momento la habia tomado? Ah, ya, cuando le jugo esa "broma" que le habia echo avergonzarse hasta la punta de la uña de los pies.

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