Jacinta viaja por la ciudad el día que dice su gobierno que debe salir.
Para no morir hay que alejarse de los otros, para no morir hay que salir a defender el modelo neoliberal.
Las cuarentenas, las llamas del olvido devoraron el deber ciudadano por sus coetáneos.
Miro los ojos de una joven morir al no advertir su deceso.
Me miro al espejo encerrado por la realidad, confinado a perpetuidad en mi propia casa.
Los cementerios ahora están en todas partes:
"No es tiempo de creer en falsas salvaciones."
ESTÁS LEYENDO
Muertas que hablan
SpiritualAntes de que Jacinta muriera me confió una libreta llena de cosas que le susurraron las mujeres muertas a las que ella llevaba flores cuando necesitaba consejo. Esta obra es un compendio de ultratumba para vivos y muertos, donde todos tendremos una...