Tormenta tiene
sus huesudos pies
sumergidos
en el océano,
y su mente abierta
tocando la cima
de mil mundos.
Las brisas cotidianas
me acarician suavemente,
pero tormenta me arrastra
con ella
y me conduce a su antojo.
Me gustaría
poder dejarme llevar
y volar sin rumbo.