HOSPITAL

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El silencio era abrumador en la sala de espera del hospital, ninguno de los presentes decía nada porque no sabían que decir, se encontraban conmocionados con lo había pasado hace unos momentos. El maestro Takeda había notificado a la madre de Hinata para fuera al hospital por lo que sucedió, mientras ella llegaba, ni un enfermero o doctor salía para decir que es lo que ocasionó que el pequeño cuervo se pusiera así, esto sólo lograba que la ansiedad de los jóvenes se hiciera aún más grande de lo que ya era.

No podían creer lo que pasaba, en sus mentes no se dejaba de reproducir la escena del cuerpo en el suelo rodeado de sangre. Todos sentían una impotencia de no poder hacer nada, mientras que Hinata se encontraba en alguna habitación siendo atendido.

No sabían cuánto tiempo había pasado, pero sentían que habían sido horas cuando la madre de Hinata junto con Natsu habían llegado. Ella se acercó a donde se encontraban y se veía en su cara una preocupación y miedo por todo lo que estaba sucediendo.

- Chicos, ¿qué ha pasado?

Nadie respondió, tenían un nudo en sus gargantas que no los dejaban hablar y eso hacía que las lágrimas salieran con más fuerza.

-No...no lo sé Kiyoko-san- le respondió Yamaguchi, se le notaba que le costaba responder- De un momento a otro Hinata estaba... en el suelo y no se movía y después... después...

Yamaguchi rompió en llanto y no pudo seguir hablando. En ese momento llegó el maestro Takeda para llevarse a la mamá de Hinata para que hablara con el doctor Tekuro Yamismito, dejando a la pequeña Natsu con Kageyama ella no comprendía lo que estaba sucediendo, pero sabía que era algo malo porque su mamá la había llevado a un hospital por algo de su hermano mayor.

Cuando se fueron los mayores, empezaron los murmullos entre los jóvenes. Ellos querían una respuesta, aunque sabían que no podían decir mucho de eso mientras estuviera Natsu con ellos.

-Kageyama- lo llamó Suga- ¿Porque no te llevas a Natsu por algo de comer?, nosotros los esperamos.

Kageyama sólo pudo asentir con la cabeza mientras sostenía con más fuerza la mano de la pequeña pelinaranja.

-Espera Tobio-chan, nosotros te acompañamos- le dijo Oikawa mientras tomaba a Iwaizumi de la mano para irse los cuatro por comida. Mientras esto sucedía, en otra parte del hospital Kiyoko, el maestro Takeda y el Dr. Tekuro Yamismito hablaban sobre la situación de Hinata.

-Señora, ¿desde cuándo sabe sobre la enfermedad de su hijo? –le preguntó el doctor.

-Desde hace unos siete años, cuando él y su padre tuvieron un accidente automovilístico el doctor que los atendió me dijo que Hinata padecía de hemofilia.

- ¿Qué es eso Dr. Yamismito? – preguntó el maestro que desconocía sobre lo que estaban hablando.

-La hemofilia es una enfermedad que provoca que la sangre no se coagule adecuadamente manifestándose en hemorragias internas y/o externas. Sus síntomas incluyen varios hematomas grandes o profundos, inflamación y dolor de las articulaciones, sangrado inexplicable y sangre en la orina o las heces. El tratamiento consiste en las inyecciones de un factor de coagulación o plasma este puede ayudar, aunque no se cura y puede durar unos años o toda la vida. Si una hemorragia no te trata el paciente puede morir.

- Pero, ¿por qué le pasó sino estaba lesionado doctor? – ni la mamá o el profesor entendían lo que pasaba.

-Verá cuando llegamos le hicimos varios estudios para saber lo que tiene y lamento decirle esto señora, pero su hijo tiene un tumor cerebral.

- ¡¿Qué?! ¿Mi hijo tiene cáncer? - la mamá de Hinata empezó a llorar desconsoladamente y el mestro Takeda para transmitirle apoyo la abrazó, ella no podía hablar por lo que el profesor le pidió al doctor continuar con su explicación.

-Lamentablemente sí, su hijo tiene un tumor cerebral llamado meduloblastoma, este tal vez provocó que su hijo perdiera la visión y el equilibrio imposibilitándole caer de pie, él al caer se mordió la lengua y por el padecimiento que tiene comenzó a perder demasiada sangre. Por suerte se atendió rápido.

-Doctor, ¿en este caso que se puede hacer? – el maestro le preguntó. El llanto de Kiyoko había cesado y ahora era unos pequeños sollozos. El abrazo que antes tenían había acabado.

-Primero debemos saber en qué fase se encuentra, el mejor tratamiento para el joven sería la radioterapia, la quimioterapia y la operación son una opción riesgosa para el joven.

- ¿Por qué? - ahora fue el turno de la madre para preguntar, aunque ya se hacía una idea de eso.

-Puede que el medicamento que se suministre por medio de la quimioterapia le provoque más daño que beneficios y durante la operación podría morir por que su cuerpo no puede coagular bien la sangre.

El silencio reinó en la habitación, tanto la madre como el maestro intentaban procesar la información que el doctor les había dicho. 

SOL APAGADOWhere stories live. Discover now