TRES NO SON MULTITUD

2. VIVA, NO MUERTA.

<<¿Tienes planes para hoy?>>, el mensaje de Rose me toma por sorpresa.

<<No, ¿Por qué>>, respondo.

<<¿Quieres que bebamos algo en tu casa?>>.

Acepto sin pensarlo demasiado y le digo que después del trabajo estaría bien reunirnos, tipo ocho de la noche. Es la primera vez desde hace mucho tiempo que Rose y yo vamos a reunirnos sin que una de las dos este apurada, el trabajo parece consumir nuestro día a día.

Dejo el celular a un lado y me dispongo a organizar el maquillaje sobre la mesa para estar lista antes de que llegue el nuevo modelo, hoy soy el reemplazo. El último desfile que hicimos hace unos días fue tan exitoso que nos puso en la boca de muchas personas, ahora nos vimos obligados a mejorar aún más teniendo tanta atención, así que Daniel ha hecho muchos preparativos para adelantar la producción y sacar una línea de conjuntos para pareja, también nos dimos la libertad de contratar modelos más profesionales y llamativos para el público.

Pero entre los nuevos modelos no estoy yo. No sé si es porque Daniel no confía en que puedo retomar el modelaje y hacerlo como antes, o porque estamos tan precisos de personal que me necesita en el staff; soy multi-usos, puedo maquillar, supervisar, vestir e incluso impulsar nuestras redes sociales, también soy asistente de Daniel de vez en cuando. Muy pesado, pero es lo que hay, además, me gusta porque me involucro en el campo laboral que deseo: la moda.

Mientras continuo organizando, de repente la puerta se abre.

–Hola, Lucia–saluda Daniel entrando a la habitación con su actitud extra vagante–. Te he traído a nuestro nuevo modelo... ¿Qué se hizo...? Oye, ¡Jackson!

Mi corazón se vuelca. En cinco segundos aproximadamente un chico de un metro ochenta entra a la habitación con una sonrisa a amable, yo contengo mi respiración. Su cabello castaño claro esta levemente alborotado y sin perder el tiempo sus ojos azules me pillan provocando que una corriente pase por mi espalda hasta mis oídos.

–¿Ya lo conoces, Lucia? –pregunta Daniel ajeno del desastre en mi interior.

–No–digo con un tono de voz inusualmente asustado y precavido.

–Pues deberías–contesta Daniel con emoción. Se hace al lado del peli castaño y le pasa una mano por el hombro sin importar lo incomodo que ha de estar, pues él es veinte centímetros más bajo–, Joy últimamente ha estado dando mucho de qué hablar. Lo haría posar desnudo para ganar más publico pero... No queremos demandas.

Ambos hombres ríen y yo solo tenso los labias haciéndolos parecer una especie de sonrisa para nada incomoda o extraña, nótese el sarcasmo. Claro que Joy es muy guapo, y desnudo aún más, yo ya lo he visto; su cuerpo posee una belleza singular y atractiva que puede derretir a cualquiera. No está del todo marcado, pero puede presumir sus músculos y su buen estado físico para impresionar, eso si no te quedas atrapado viendo las docenas de lunares que tiene alrededor de su cuerpo.

–Ah...–es lo único que me atrevo a contestar.

Daniel nos deja solos, es hora de que Joy comience a prepararse para su sesión de fotos, que no sé si seré capaz de ver. Conozco a la modelo que trabajará hoy con él, es demasiado linda, profesional y exitosa, yo también lo era, y me da miedo que si eso fue lo que en un principio atrajo a Joy a mí... Ella lo haga igual.

Quito las prendas de los ganchos de ropa y se la extiendo al oji azul cuidadosamente para no arrugarla, claramente con el pensamiento de que iría al vestidor que está a unos pasos, es demasiado obvia y asertiva, pero no. Él chico lindo comienza a desvestirse justo delante de mí sin quitar su retadora mirada de mi cuerpo, y no sé por qué me escandalizo y volteo rápidamente, dándole la espalda mientras mis ojos están tan abiertos que duele.