II

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El día se ha pasado tan lento, como si el tiempo estuviera en mi contra.
Hoy me tocó atender a un par de adolescentes de lo más irritantes, típicas niñas que creen que dominan el mundo con su actitud arrogante, definitivamente me amargaron el día, aún así siempre queda la hora de ir a la Universidad.
Llevo un año en Los Ángeles por lo que llevo eso estudiando Derecho, me encanta el asunto de defender a la gente, en especial a los débiles y necesitados.
En la universidad se encuentra la persona más importante para mi hasta el momento, Kate. Katherine es su nombre pero yo le digo Kate, la conocí el año pasado en la universidad.

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Mi primer día en la universidad se suponía que debía ser el día más importante de cualquier universitario de nuevo ingreso, y así fue pues conocí a mi mejor amiga.
Iba caminando por el campus de la universidad tranquilamente, respiraba el aire puro mientras pensaba que fue una gran idea moverme a Los Ángeles a vivir, España se estaba convirtiendo en toda una pesadilla. Estaba absorta en mis pensamientos que no me di cuenta hacia donde iba, cuando levanto la cabeza veo a una chica alta afroamericana de ojos verdes, la verdad me sentí algo intimidada por ella, parecía una modelo y yo parecía una especie de elfo con mezcla de pingüino alado suyo. Me saludó y me dio una linda sonrisa, lo cual me pareció muy amigable de su parte, era muy notorio que la chica estaba buscando amigos o algo por el estilo.
-Hola soy Katherine, pero todos me dicen Kate.
-Mucho gusto Kate ¿te puedo tutear, no? Yo soy Evelin.
- Claro que sí Evelin, la verdad no se porque de tantas personas en esta universidad te tuve que haber hablado a ti, supongo que fue el destino.
-Si, algo raro, supongo.
Y así estuvimos charlando hasta que tuvimos que ir a clases, para nuestra suerte, ambas habíamos decidido estudiar derecho por lo que estaríamos juntas toda la carrera.
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Ahora en día le puedo contar cualquier cosa a Kate, ella siempre me escucha y me da sus buenos consejos, me conoce como si hubiésemos crecido juntas y me parece sorprendente pues apenas llevamos un poco más de un año de amistad.

No tengo carro así que me transporto de un lado a otro en una bicicleta muy al estilo del sur de Francia, solo me falta llevar virotes en la canastilla frontal.
Mientras iba por las calles en mi bicicleta hacia la Universidad decidí parar por unos roles de canela para mi y para Kate, son sus favoritos.
Llegué a la panadería y dejé mi bicicleta fuera de la tienda como siempre lo hacía, por lo regular llegaba 3 veces a la semana a comprar pan para botanear en la escuela. Al entrar a la panadería sentí un olor abrasador a canela, este sí que era uno de los placeres de la vida, el olor a pan fresco, que delicia.
Mientras esperaba mi turno para ordenar se escucha que la puerta de la panadería se abre, soy una chica algo curiosa y volteo para ver quien es, quedo algo sorprendida.
Era un hombre verdaderamente apuesto, su escultura imponía superioridad, yo solo tragué saliva y sentía como me hacía pequeña.

El comienzo de algo nuevoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt