𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚞𝚗𝚒𝚌𝚊.

39 4 4
                                    

───※ ·❆· ※───

Un golpe. Otro golpe, y otro golpe más.

Cada uno más fuerte que el anterior, en el mismo punto fijo. El escozor de sus pequeños ojos no le permitían divisar más allá de las luces amarillentas que daban justo por encima de sus ojos, cómo pequeños círculos dispersos provenientes de un faro. Percibía cuchicheos, voces en tono muy bajo, pero no veía ningún rostro.

Sentía las embestidas contra sus costillas, sentía la garganta propia quemarse, pero aún así él solamente supo que se detenían para arremeter contra el cuerpo a su lado, en el inclemente y áspero asfalto. Él no podía ni parpadear, todo era demasiado inestable como para estar consciente de qué sucedía, pero por el tono de horror en aquél ambiente, nada parecía estar bien, nada parecía ser correcto, ni mucho menos justo. Simplemente se trataba de una mezcla de angustia con sombras que dejaban entrever las luces amarillas a duras penas, y de dolores por los golpes siendo brutalmente propinados.

Un pitido agudo llenó su cabeza, cómo si la traspasara, y sacó fuerzas para tocar el dedo índice del cuerpo que estaba tirado un poco más allá, continuo a él. El líquido caliente le abrazaba hasta el cuello y sin embargo sentía la fuerte necesidad de arrastrarse hasta tocar a ese chico. Tal vez para comprobar que seguía ahí, o tal vez para saber solamente, que le habían lastimado mucho.

Entonces, cómo si le devolvieran la vista, los ojos del chico miraban en su dirección, desorientados y con hilos rojos brotando de su boca.

Jimin despertó rápidamente y se reincorporó sobre su cama con la respiración agitada, estaba sudando en frío y lo supo: se trataba de otra pesadilla más. No entendía cómo era que se sentía tan real, pero si eso no le estaba casi cerrando la garganta entonces fue el dolor en su cabeza. Sentía la cabeza a punto de estallar por el repentino malestar, así que aprovechando de tener la garganta seca caminó con apuro hasta la cocina para tomarse un vaso de agua.

En la sala le echó un vistazo al pequeño reloj encima de la mesa decorativa antes de entrar a la cocina, y el número que vió no le vino para nada bien. Pues, era un miedoso de primera a pesar de estar en su mayoría de edad, así que continuando con su objetivo siguió hasta tener su vaso lleno de agua fría con exigencia, pensando mientras se la tomaba en que se había levantado a las tres de la madrugada una vez más, por cuarta vez en la semana.

Casi sin ser consciente del frío que hacía a esas horas de la madrugada, se vió obligado a reconocer lo helado que estaba el piso cuando el sobresalto del sueño le hizo salir volando sin sus pantuflas. Maldijo en voz baja por ello, pero aún así tenía un mal sabor en la boca, llevó una mano a su costilla y se estremeció. Era espantoso todo aquello que el sueño le había presentado, pero tendría algo interesante que escribir en su libreta al día siguiente.

La soledad de su apartamento lo abrazó, contemplándose sólo en el comedor y a oscuras, y si la luz que se asomaría por la mañana con la llegada del sol sería gentil con él, le permitiría esclarecer su mente y llenarla con buenas energías al menos. Por los momentos, él trataría de dormir, y por sobretodo, de no soñar con nadie desconocido que le mirara mientras se desangraba.

───※ ·❆· ※───


Las calles de Busan estaban abarrotadas de una neblina poco piadosa que demandaba a sus habitantes a usar abrigos de grosor considerable, los que no tenían se las ingeniaban para colocarse tres abrigos diferentes encima y así poder lidiar con el frío. De esa forma, con un paso apresurado Jimin se dirigía hasta la universidad en donde estudiaba. Las copas de los árboles se sacudían un poco, siendo testigos de que pronto, tal vez en unas horas, comenzará a nevar, pronóstico claro de que las épocas decembrinas estaban a la vuelta de la esquina. El asfalto, la tierra, a Jimin le parecía percibir cómo desprendían un olor a humedad, ciertamente, el mal clima espantaba el tránsito exagerado de vehículos y personas, por lo que agradecía; no se consideraba muy fan de los escándalos mañaneros por esa zona, ni por ninguna, a decir verdad. El muchacho no era cascarrabias, pero prefería la serenidad de las cosas simples en la vida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 22, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐂𝐎𝐑𝐍𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐘. • Kookmin 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora