-No hay nada que solucionar, y no hay un…nosotros –mi voz tiembla. Nathan me agarra de la cintura y me acerca a él.

-Sí hay un nosotros Mackenzie, yo quiero un nosotros.

-Pero no lo querías cuando te acostabas con Marie, ¿Verdad? Y suéltame.

-Mackenzie, cariño…

-Suéltame Nathan, ya basta. Esto me hace daño.

-Mackie…

-Suéltame, Nathan…suéltame.

-Mackenzie podemos hablar y arreglar esto.

-Nathan, yo no puedo –las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas-Suéltame.

-Mackie sabes que te amo, no me hagas esto, no nos hagas esto a nosotros.

-sabes que no hay un nosotros, tú te encargaste de destruirlo.

-Yo no quiero a Marie, te quiero a ti.

-Suéltame Nathan, me haces daño –trato de soltarme, pero es imposible.

-Mackenzie… -se acerca para besarme, pero solo llega a besar mi mejilla.

- ¡Suéltame maldita sea! –grito con las lágrimas aun corriendo por mis mejillas.

-Mackie…

- ¡No Nathan! Suéltame, y aléjate de mí.

-Yo te amo –esas palabras volvieron a romper mi corazón. No creí que eso fuera posible.

-No…Nathan, por favor.

-Tú me amas Mackenzie, hablemos.

-Déjame –susurre, ya no tenía fuerzas para seguir hablando. Busque con la mirada a Anna. Pero no la encontré.

-Mackenzie, nosotros debemos estar juntos, dame otra oportunidad –me suplica.

Un nudo se forma en mi garganta que me impide hablar.

-Mackenzie, te amo –dice y se acerca nuevamente y me besa. Mi espalda choca con el casillero y Nathan comienza a besarme más desesperado. Y sé que no debería estar besándolo, pero mi corazón quiere esto, yo quiero esto.

Soy una maldita masoquista, pero extrañaba los labios de Nathan.

Deje de besarlo rápidamente cuando recuerdo a Marie.

-Aléjate Nathan.

-Pero…sí tú, yo…

-No, suéltame.

-Tú sabes que te deseo Mackenzie –dice y comienza a tocar mi estómago.

-No…Nathan, suéltame.

-Te amo tanto Mackenzie, que duele –dice ignorándome, se soba contra mí. Miro por encima de su hombro, nadie pasa por nuestro lado. Joder. Nathan se sigue sobando contra mí, mierda…

-Aléjate Nathan, no…por favor, detente.

-Siempre he querido que te abras de piernas para mí, pero nunca lo hiciste.

Comienza a besar mi cuello. Yo sigo forcejeando, pero Nathan me tiene bien acorralada.

-Nathan, gritaré si no te detienes, por favor. Suéltame.

-Tú también lo deseas Mackenzie, tú también quieres esto.

- ¡Suéltame! –grito, y Nathan sigue con su trabajo de chocar sus caderas contra las mías.

-Nathan… -sollozo, no puedo con esto, cierro los ojos con fuera y más lágrimas caen por mis mejillas. Es demasiado-Es suficiente, suéltame por favor, detente.

-Ha dicho que la sueltes –dice alguien, abro mis ojos y me encuentro con un chico…el chico que entró junto a Kaidan esta mañana, el chico tiene los ojos grises. Nathan se separa un poco de mí y frunce el ceño.

- ¿Quién diablos eres tú? –se da media vuelta conmigo, yo estoy a su lado pero aún me tiene agarrada.

-No un imbécil que intenta abusar de una chica a la fuerza.

-Este no es asunto tuyo, vete.

-Suéltala –vuelve a repetir, yo me trato de soltar, pero los brazos de Nathan me tiene muy bien agarrada.

-Jódete imbécil y metete en tus asuntos.

-No lo volveré a repetir, suelta a la chica.

- ¿Quién te crees que eres para ordenarme?

-William, William Kerrington, y si no la sueltas…te irá muy mal.

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Holaaaaaaaa pequeñas limones*-* okno, ¿Creían que Kaidan era el protagonista? nop, es el sensual Will :D JAJAJAJA Gracias por sus comentarios y votos<3 hacen mi vida feliz, ¡saludos!

Mackenzie  MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora