— ¡Necesitarás el vestuario, y debes practicar, necesitas una escenografía y el maquillaje, y...! — comenzó a hiperventilar Kiara, hasta que Peyton apretó su cuello por detrás provocando que cayera dormida y ronroneando.

— Debes enseñarme a hacer eso.

— Y lo mejor es que cuando se despierta, no recuerda qué lo provocó— sonrió el castaño, elevando sus cejas—. ¿Qué cantarás?

— No lo sé, no creo que me dejen cantar algo de mi repertorio.

— ¿Fuego, almas perdidas y dominación del mundo? Sí, no lo creo.

Zahid agarró el cuaderno de dibujo, apreciando la obra de arte recién hecha, sonriendo sarcástica.

— ¿Qué dices de darle su propio merecido a Herkie?

— ¿Acaso no es eso lo que ya hice? — respondió la diosa sacando el cuaderno de sus manos.

— Claro, cariño— puso un mechón detrás de su oreja, sorprendiendo a Agnys por no alejarla—. Pero ahora debes hacerlo con más clase, debes darle donde le duele. Y tengo la canción perfecta.




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— ¿No deberías estudiar para el examen de química? — le preguntó Mal a Evie, mientras Agnys les ganaba en un videojuego a los chicos. Y lo que más les molestaba, era que nunca antes lo había jugado.

— Por supuesto que no, sería un desperdicio no usar esta belleza— mostró el espejo mágico, provocando que Agnys rodara los ojos.

Ella sabía perfectamente que, si Evie prestara atención a la clase, no necesitaría estudiar. La chica era muy inteligente y que se hiciera la tonta, le provocaba un enorme enojo.

— Eso no te servirá por siempre— habló dejando el juego cuando ya le había ganado a Jay por quinta vez, para acercarse a las chicas que se encontraban sentadas en la mesa.

— ¿Qué quieres decir?

— Deja de hacerte la tonta— dijo un poco más alto, provocando que todos la miraran—. Le dijiste a Chad sobre el espejo, ¿cuánto crees que durará aquel idiota sin decirte a algún directivo?

— Chad es bastante tonto— habló Carlos comenzando una nueva partida.

— Mira quién lo dice.

— ¡Oh, cállate!

— Lo digo enserio, Evie— volvió a mirar a la muchacha—. Al menos lee el libro un poco.

— Sorprendentemente, estoy con Agnys— dijo Mal, aún perfeccionando los hechizos de su madre.

— ¿Por qué no la ayudas a estudiar? — habló Jay burlón—. Después de todo la química es lo tuyo, en la Isla pasabas mucho tiempo con las Hermanas Sanderson.

— ¡Es cierto! — exclamó Evie feliz—. Por qué otra razón estarías con ellas.

Si tan sólo supieran, ya no le tendrían el mismo respeto.

— No.

¡Por favor, por favor, por favor!

— No, detente.

— Tú querías que estudiara, ahora quiero hacerlo y necesito tu ayuda.

La diosa bufó escondiendo su cara entre sus manos, cómo decirle que no.

AGNYS | descendantsWhere stories live. Discover now