10.- Bienvenido al club de los raros 💥

Start from the beginning
                                    

Me levanté de la cama y seguí a los castaños por la escuela.

Jonah se había quedado corto con la descripción que me había dado de Silverstone, este lugar era genial en todos los sentidos, con ese aire de antigüedad mezclado con lo contemporáneo y moderno, ya veo porque muchos piensan que debes ser un real idiota para irte de aquí. Amelie y Jackson me llevaron a un pasillo con decoración renacentista con muchas puertas, el chico castaño se acercó a uno y la abrió. Nos hizo pasar.

—Estarás más cómodo aquí.

Las habitaciones eran bastante espaciosas, con camas amplias y escritorios lo suficientemente grande para tener tres computadores, ventanas de marcos anticuados pero elegantes que dejaban que mucha luz entrara, parecía ser la habitacion de las típicas películas de internados para chicos ricos, excepto por los toques mágicos que tenía, pues la habitación de Jackson tenía distintas piedras y unos dibujos bastante extraños en una de las paredes.

Amelie se acercó a una de las camas y tomo un viejo libro con cubierta de cuero, se veía bastante antiguo. Se apresuró a esconderlo.

—Debes tener hambre— la chica me miro y en ese momento del vacío que sentía en el estómago —. Iré por comida, vuelvo enseguida.

Amelie salió rápidamente de la habitación, dejándome tan confundido, parecía que algo le estaba pasando, sonara raro, pero sentía que algo le pasaba. Jackson se acercó a su escritorio (que estaba rodeado de extrañas piedras de colores).

Tomé aire.

— ¿Lo que dijiste allá abajo es verdad?

—Si, eres un ser sobrenatural, Rainer, no tengas duda de eso— comentó —. Naciste sin saber quién eras, pero al estar aquí lo descubrirás, te darás cuenta de que tienes un propósito, una razón por la cual los Dioses te trajeron aquí, y descubrirás que tienes un papel muy importante en ciertas historias.

¡Woah!

—Creí que no debías revelar las cosas que sabías.

—No te he revelado nada en concreto, solo te he dicho a grandes rasgos lo que necesitas saber— soltó el con una pequeña sonrisa —. El tiempo se va a encargar de revelar el resto.

— ¿Y eso incluye el saber que soy en realidad? — el castaño asintió —. ¿Por qué no puedes decírmelo?, ahora estamos solos.

—Las cosas no funcionan así, mi especie tiene reglas con respecto a revelar el futuro— comenzo a buscar algo entre los cajones de su escritorio.

—Pero los médiums son humanos, ¿no? — bueno, eso es lo que dice internet.

—Sí, soy un humano, pero con una cualidad sobrenatural, pero desde hace años los míos se hacen llamar seres sobrenaturales— se encogió de hombros —, pero de igual manera no puedo revelar tu verdad, por lo menos no ahora.

Antes de poder contestarle, Amelie entró por la puerta con una bandeja llena de comida, la dejó sobre el escritorio vacío.

Jackson se retiró de la habitación con la excusa que vería al resto de sus amigos y los pondría al tanto de lo que pasó, aunque había notado como él y la chica habían compartido una mirada algo cómplice.

La chica de ojos bonitos parecía perdida en sus pensamientos mientras su mirada estaba fija en la bandeja que había traído.

—Pareciera que estas más sorprendida tú que yo —solté cortando el silencio.

Amelie sacudió ligeramente su cabeza haciendo que algunos mechones de su cabello cayeran sobre su cara, los cuales aparto rápidamente.

—Lo siento— apuntó con la cabeza a la silla junto al escritorio vacío, camine hacia ella —. Es que... ¿Cómo no noté que eras uno de nosotros?

Me encogí de hombros y me senté en la silla, miré la bandeja. Amelie por poco no había asaltado la cocina de la escuela, en la bandeja había sándwiches de pollo, ensalada de frutas, barras de cereal, dulces de chocolate y manjar, y dos botellas, una de jugo de naranja y la otra era una Coca—Cola. No había notado lo hambriento que estaba hasta que tuve en frente estos deliciosos aromas. La castaña tomó la silla que estaba frente al escritorio de Jackson y la arrastro hasta dejarla cerca de mí, se sentó.

—Tal vez solo soy un humano con un don sobrenatural, como Jackson—suspiré.

Amelie también suspiró. —Tal vez— tomó el pote con la ensalada de frutas —, pero me alegro de que sea así, por lo menos no borraron tu memoria.

Tome un sándwich de la bandeja mientras buscaba que decirle. No puede ser que me ponga nervioso ahora.

Cálmate, Rainer. Solo es Amelie, pensé.

—Supongo que ya no hay vuelta atrás— sonreí mirándola.

Ella rio mientras negaba. —Bienvenido al club de los raros, Rainer.

—Gracias, señorita — hice un ademán de reverencia para después morder mi sándwich.

A pesar de que me entere de una de las cosas más aterradoras, por así decirlo, que me podrían haber dicho, y estoy teniendo una especie de almuerzo con la chica que besé cuando tenía catorce que, además, es una criatura sobrenatural única, no estoy incomodo o asustado. Es todo lo contrario. Podría jurar que el solo hecho de estar en una habitación con la chica de ojos claros, me hacía relajarme por completo, pero no sé por qué.

Ya lo descubrirás, dijo la voz en mi cabeza, pero decidí no prestarle mucha atención.

El tocar de la puerta rompió nuestro cómodo silencio con ligeras miradas. Amelie se levantó y fue a la puerta.

—Profesora Gómez, ¿sucede algo? — dijo la chica, me levanté y coloqué a su lado.

Nuestras manos se rozaron los dorsos enviando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

—Vengo a informarles que tenemos excelentes noticias— ella nos sonrió —. Tenemos todo aprobado para que el joven Sanderson se traslade a Silverstone, el señor Russel acaba de partir a la casa de los Sanderson para informar que Rainer acaba de recibir una beca de estudios, y si todo sale bien con sus padres, el joven Rainer será oficialmente un nuevo alumno de Silverstone en dos días. Desde el lunes seria su compañero.

— ¡Oh Dioses!, gracias por avisarnos, profesora— le respondió la chica.

—Fue un placer— la mujer se retiró y la castaña volvió a cerrar la puerta.

Amelie me miro con una sonrisa que incluso bailaba en sus ojos. De repente nos encontrábamos envueltos en un abrazo, de esos abrazos tan cálidos y sinceros que no quieres que acaben nunca.

—Ahora seremos compañeros— le dije levantándole del suelo.

Comencé a girar con ella en brazos, la risa de Amelie era música para mis oídos.

—Creo que es la mejor noticia que recibí este año— Amelie llevo sus manos a mis mejillas cuando dejamos de girar.

La chica comenzo a deslizarse por mi cuerpo, hasta que sus pies volvieron a tocar el suelo. No me había percatado de lo cerca que estábamos del otro, la alegría que había sentido hace un momento había sido tan grande que actué sin pensar, y ahora mi corazón estaba latiendo con tanta fuerza que temía que la chica lograra escucharlo.

¿Qué es lo que me hiciste, Amelie?

—También es la mejor noticia que recibí— inconscientemente acerqué mi rostro al suyo.

Note como la mirada azul verdosa de la chica bajaba a mis labios y sin pensarlo dos veces volvimos a besarnos. No sé si será la emoción del momento y el simple hecho de que Amelie y yo volvíamos a besarnos, pero podría jurar que sentí como una gran descarga de energía me recorría el cuerpo.

*** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** ***

Hola a todos, ¿Cómo estas?, ¿Cómo vas la cuarentena? Lo que es yo, no veo la hora que termine, si antes no tenia vida social, ahora menos.

Espero que les guste mucho este capitulo y que la historia les este gustando. muchas gracias por leer, significa mucho.

¡BESOS! Fer.

Lazos Oscuros [Libro 1]Where stories live. Discover now