Capítulo 4.

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¿Donde estás?

En el recreo Rubén no encontraba a Mangel, ¿Donde coño se había metido? Lo buscaba algo preocupado, y lo peor de todo; Luzu y Vegetta tampoco aparecían…

Cuando le parecieron escuchar gritos provenientes de la zona más apartada del Instituto, donde nadie se atrevía a pasar… Sin pensarlo 2 veces se metió dentro de ese lugar tan sombrío al que todos temen

—¡Mangel! —Gritaba su nombre llamándolo, pero solamente obtenía gritos y risas como respuesta… Decidió callarse y escuchar mejor

—Ahora veamos donde está tu novio —Al escuchar esas palabras Rubén supo casi de inmediato que algo estaba muy mal…

—¡MANGEL! —Gritó más fuerte, y las risas cesaron, ahora se escuchaban murmuros. La sangre le hervía a Rubén, pobres de aquellos chicos si le hicieron algo a Mangel.

Sigió el sonido de los murmuros, mientras miraba cada detalle de aquel lugar tan temido; era todo muy oscuro a pesar de ser de día, y todo era de piedra. Se dice que ahí cometieron un horrible crimen, motivo suficiente para que nadie se acercara…

—¡RUBIUH! —Escuchó el grito de su amigo, inmediatamente se echó a correr en la dirección proveniente de aquel sonido

Y entonces vió todo lo que le hicieron esos cabrones…

Estaba golpeado, en un muy mal estado, y tenía cortes por todo su cuerpo... Luzu tenía una cuchilla en su mano, y Vegetta solamente miraba fijamente a Rubén, ya que no era tan mala gente para hacerle algo así a un chico

—Maldito hijo de puta —Apretó muy fuerte los dientes y los puños, y su respiración no era normal… A penas Luzu notó las intenciones del castaño salió cagando hostias de aquel lugar, pero Vegetta se quedó ahí, inmóvil…

—Yo no le hice nada —Dijo finalmente después de un largo silencio —Rubén, lo siento tanto...

Rubén ignoró completamente a Vegetta y se acercó a Mangel, el cual respiraba con dificultad y estaba lleno de sangre

—Tranquilo Mangel, estarás bien, ¿Vale? Te prometo acabar con ese gilipollaz —Se arrodilló para estar más o menos a su altura, mientras el pelinegro escupía sangre como si no hubiera un mañana —Ayúdame

Vegetta solamente asintió y ayudó a Rubén a cargar a Mangel. Uno lo tenía de los pies y el otro por los brazos, intentando hacerle el menor daño posible

Rubén miró fijamente a su viejo amigo, y pudo notar el arrepentimiento en sus ojos… ¿Debería creerle después de todo lo que le hizo?

Caminaron por aquel lugar hasta llegar a la salida, donde muchos alumnos miraban desde lejos, ya que ninguno se atrevía a entrar. Muchos ayudaron a cargar a Mangel, y otros llamaban a la ambulancia, pero misteriosamente el castaño desapareció con la excusa de que tenía asuntos pendientes...

Bueno chicos, el cap es muy corto, o sé U.U pero les juro que el otro será muchísimo más largo, es que no podía alargarlo más y el salseo no podía estar en el mismo cap 7u7

Palabras Mortales - ♥Rubelangel♥Where stories live. Discover now