Érase un caballero...

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Antes de empezar: como me dio por hacerle la competencia a la biblia, juguemos a algo.
Ponedme aquí la hora a la que empezasteis a leer esto, quiero comprobar algo.

Disfrutad ❣️

-Y vivieron felices para siempre

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-Y vivieron felices para siempre...

El eco de aquellas palabras resonó dentro del amplio espacio, la oscuridad los engulló, y la cortina se cerró con brusquedad, solo para dar paso al incesante sonido de los ruidosos aplausos orgullosos, de madres que habían estado toda la obra de teatro con los ojos fijos en sus jóvenes niños.

Las cortinas no tardaron en volverse a abrir, y un foco de luz se situó encima del escenario, alumbrando a todos los niños de infantil que ahora sonreían mirando al numeroso público, con sus manos tomadas, y sus pechos hinchados con la satisfacción de la atención palpitante en su sistema.

Los ojos de Changbin brillaban como luceros. Él estaba justo en el medio, agarrado de la manita de su compañera, y de su maestra. La sonrisa del niño era amplia, brillante, y levantaba con gracia las mejillas regordetas del pelinegro. Su atención había sido acaparada por sus padres, quienes en primera fila miraban con orgullo la figura de su pequeño hijo, elevando los pulgares en su dirección en muestra de que lo había hecho bien, intercalando ese gesto con aplausos y vítores.

Changbin había sido el protagonista. Fue el intrépido y valiente caballero que se había enfrentado al dragón para salvar a la bonita princesa y que, debido a ello, esta le había regalado un beso en la mejilla.

¡Se había sentido tan bien! No el beso, precisamente, pero en general todo lo demás. Siempre pensó que ser un superhéroe era su misión en la vida, pero con esa pequeña obra de teatro, dirigida por su colegio, había comprendido que debía convertirse en caballero. En el mejor de todos.

También había descubierto su afín al teatro, y la actuación, y sus profesoras le habían estado halagando por su buen trabajo y desempeño al realizar el papel. Aún siendo demasiado joven -acababa de cumplir un par de meses atrás los seis años-, ellas podían asegurar que tenía un don innato para la actuación, y lo estuvieron animando para que lo hiciera lo mejor posible cuando estuviera encima del escenario.

El niño tomó sus palabras como algo sumamente importante, y personal, y sin duda brilló encima de aquella pequeña construcción de madera. Changbin tenía carisma, y encanto, por lo que las risillas y los aplausos de parte del público no faltaron.

Se sintió tan bien, tan real, tan genial, que lo único que pasaba por la mente del menor era no bajar de ahí jamás. Quería seguir actuando, y anhelaba continuar acaparando la atención de tantas personas.

-¿Sabes, Binnie? -había dicho una de sus profesoras, con una sonrisa cálida en el rostro, y su cuerpo agachado para igualar su altura. El pelinegro la observaba con atención- Realmente tienes porte de caballero.

Knight Binnie to the rescue! || ChangLix Where stories live. Discover now