Mientras pasan las horas, no puede dejar de pensar en lo que dijo la mujer, sobre las supuestas cosas raras que pasan en la ciudad desde que llegó Pedro. Recuerda que, ya en otra ocasión, alguien mencionó que había rumores de ruidos raros en las murallas, en especial en el muro Este, pero hasta ese momento solo se trataban precisamente de eso: rumores. No es la primera vez que hay rumores en la ciudadela ni será la última vez que se escuche sobre espectros o criaturas sobrehumanas merodeando por los alrededores, pero hay algo en todo esto que comienza a preocuparle un poco.

Horas más tarde, cuando terminan las audiencias y regresa a hacer el resto de sus actividades cotidianas, todo parece normal. Aquel día no tiene nada de diferente al resto de los días del año, ni a los años anteriores. Incluso sus interacciones con Pedro con tan normales como lo han sido en los últimos meses. Pasean un poco por los jardines, cenan juntos y, por la noche, como por un acuerdo silencioso, ambos van a sus respectivas habitaciones. En otras ocasiones no le sería extraño que cada quien fuera a su alcoba, pues no siempre comparten cama, pero Martín no deja de darle vueltas a lo dicho por la mujer.

No sabe bien qué hora es cuando escucha un ruido en el pasillo. Es un sonido casi inaudible, pero quizá se debe a que ahora está completamente despierto y con los sentidos puestos en todo lo que le rodea, y alcanza a escuchar lo que posiblemente otras noches no habría escuchado. Cuidando no hacer ruido, se pone de pie y, descalzo, camina por su habitación. Duda un poco, pero al final opta por tomar su espada antes de abrir la puerta con cuidado y salir al pasillo. Esa noche apenas hay luna. Faltan pocos días para la luna nueva y eso significa que el pasillo está más oscuro que en otras ocasiones, pero Martín conoce su castillo y no le es difícil avanzar los pasos necesarios para llegar cerca del lado de aquella ala que da a la habitación de Pedro.

Entonces, se detiene. La puerta de Pedro se abre lentamente y, antes de que Martín pueda reaccionar, hay algo que sale de ahí antes de que la puerta se cierre otra vez, algo que no tiene forma humana. Sombra, piensa. Una sombra como dicen las personas de la ciudad. Espera unos segundos y se acerca con cuidado a la puerta de Pedro. Levanta la mano para llamar y se detiene. ¿Qué hará si todo fue producto de su imaginación y despierta a Pedro? ¿Qué pretexto le dará? O, peor aún, ¿qué hará si nadie responde? ¿Se atreverá a abrir la puerta y descubrir si su esposo está o no dentro de la habitación, si la sombra es real?

Al final, opta por regresar a su habitación, no sin antes mirar de reojo por el pasillo y por las ventanas que llevan hasta su propia puerta, pero, como es de esperar, no ve nada fuera de lo normal.

El resto de la noche la pasa inquieto, atento a cualquier ruido de fuera, sobresaltándose por las cosas más insulsas, como el sonido de una lechuza fuera de su ventana o el viento de la noche. En algún momento, vencido por el cansancio, se queda dormido.

Despierta un poco después de lo usual y, cuando sale de su habitación, listo para tomar el desayuno, se encuentra con Pedro en el pasillo.

—Buenos días —dice su esposo—, ¿vamos a desayunar?

Martín asiente por toda respuesta y sigue a Pedro, quien bosteza abiertamente. Ambos van hacia el comedor y mientras esperan el desayuno, Martín lo observa. Pedro luce cansado, con ojeras un poco más pronunciadas que otras ocasiones, incluso se ve algo pálido. Y aunque intenta no demostrarlo, está claro que también está algo más distraído de lo normal.

—Luces cansado —dice después de un rato. Pedro asiente.

—No pude dormir bien.

—Esta noche deberías pedir un té relajante antes de dormir.

Pedro le sonríe, aunque hay algo en esa sonrisa que Martín no logra entender del todo.

—Eso haré, gracias. ¿Hoy tienes audiencia?

—No, hoy no.

Pedro asiente y regresa su atención a su desayuno, que come con ganas y sin saber que, al otro lado de la mesa, Martín no sabe qué pensar sobre él mientras mil y un preguntas sin respuesta llegan a su mente.


*

Esto ya se empieza a descontrolar y faltan pocos capítulos para que sepan, por fin, qué rayos está pasando en toda esta historia. O, al menos, una parte. Ayñ. Esto se volvió demasiado complejo y creo que serán como el doble de capítulos de los que ya llevo jajaja. Joke's on me, porque creo que solo 3 personas leen esto ja. Pero bueno, a estas alturas eso es normal en este fandom.

Estos días de cuarentena he escrito más de esta historia, así que procuraré aprovechar la buena racha de escritura para adelantar lo más que pueda antes de regresar a la rutina de siempre.

Stay safe, y'all.

[Latin Hetalia] Corazón verde, muros de piedra (Argenmex)Where stories live. Discover now