Ni arriba, ni abajo, ni en el centro

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“Bienvenidas, estáis en lo cierto. Esto es el cielo, o mejor dicho, el paraíso. Vuestra vida mortal ha terminado y ahora perteneceréis al reino de Dios”

— ¡Anda, la leche! ¿Quién ha dicho eso? — Preguntó Karol.

— Será un enfermero haciéndose el gracioso, os lo digo yo— dijo So.

“Yo soy vuestro Padre, el Creador. No debéis tener miedo, ya todo ha pasado y estáis en el lugar correcto, donde las almas puras y limpias serán recompensadas”

— Creo que dice que es Dios, el pavo éste— le dijo Alicia a So, mientras ésta negaba con la cabeza.

— Al Darth Vader que dice que es nuestro padre se le va la pinza. Mira bonito, sal y te vemos la cara para ver si la genética tiene algo que ver con el asunto, que yo las voces en off como que no me van— siguió So obcecada.

— Venga va, le vamos a conceder el beneficio de la duda, a ver ¿qué se supone que tenemos que hacer aquí? Si vamos a ser ángeles yo me pido uno con las alas chulas— bromeó Irene.

— No, yo prefiero ir de fantasma un tiempo, que quiero dar un buen susto a un par de gilipollas que se lo merecen. ¡Eh, tú! ¿Volveremos a la tierra y esas cosas? —  Siguió Karol.

— Un poco de respeto chicas— las reprendió Connie— que seguro que tiene tareas mucho más interesantes para nosotras, seremos como esos ángeles de la guarda que ayudan a los bebés y la gente buena, ¿a que sí?

— Qué ángeles ni que niño muerto, yo quiero vacaciones, una buena casa por aquí cerca con buenas vistas y un ropero lleno de trapitos cool, además de toda la comida que me de la gana sin engordar, que si no ni paraíso ni ná— dijo Regina mientras que imaginaba la escena mentalmente.

“Veo vuestra incredulidad, no debéis preocuparos por nada, vuestra vida será conforme la sentís ahora, sin miedos, sin necesidad, sin dolor ni pecados. No os tengo que ofrecer nada más porque ya lo tenéis todo. Sentid lo que vuestro cuerpo os dicta. ¿Acaso os pide algo más que pertenecer a este lugar?”

— No me jodas, que el Dios este quiere que estemos aquí cruzadas de brazos… ¿en serio? Una preguntita, así, sin importancia ¿hay hombres por aquí? No sé, algún sitio donde divertirse, lo que sea— preguntó Alicia mirando hacía arriba. 

— Eso, eso, queremos saber qué hay por aquí de divertido— corearon el resto de amigas.

“En el paraíso no son necesarias trivialidades ni entretenimientos, en el reino de los cielos todo carece de importancia exceptuando al mismo ser que somos cada uno de nosotros, iguales a mis ojos, perfectos”

— Os lo digo yo, este menda quiere que nos aburramos aquí como las amebas, yo paso— dijo So con cara de cabreo y mirando para todos lados por si encontraba la salida de aquella pesadilla color rosa.

— Oiga, caballero… o lo que sea, que no nos gusta esta tranquilidad, nosotras somos más de hacer cosas, ya sabe, algo, lo que sea. Si nos va presentando al resto de gente del lugar lo mismo nos animamos un poco, ¿no, chicas? — Dijo Karol mirando a sus amigas, recibiendo la afirmación del grupo.

“Las relaciones aquí no son igual que en vida, os podréis comunicar con el resto de almas como conmigo, dentro de poco vuestros entes y cuerpos irán desapareciendo y solo quedarán vuestras almas como la mía, puras y limpias”

— ¡Já! Por ahí si que no paso, he tardado mucho tiempo en conseguir meterme en una talla 38, guapo; así que deja de decir eso de que perderemos el cuerpo ni que ocho cuartos, que yo me piro de aquí echando leches. ¿Chicas? — Apremió Irene mientras se daba la vuelta y empezaba a caminar por aquel suelo impoluto.

Encuentro en taconesWhere stories live. Discover now