Amber sonrío rápidamente, mientras Jaden tomaba su antebrazo y lo congelaba un poco. Para cuando retiró la mano había una delgada capa de hielo que la chica quitó con la mano derecha.

—¿Tienes los mismos dones que Lizet? —Amber recordó que el día en el que Sarah se fue de El Refugio, ella les había mencionado que había logrado entrar a la habitación congelando la perilla de la puerta y luego rompiéndola. Además de que los dos podían teletransportarse y ambos contaban con telepatía.

—Sí y no. Liz tiene cuatro dones: teletransportación, telepatía, crioquinesis y precognición. Yo tengo otros tres: piroquinesis, plotoquinesis y retrocognición —dijo, mientras hacía aparecer una pequeña llama de fuego y jugaba con ella, pasándola por en medio de sus dedos—. Pero Liz ya tiene dominados sus cuatro dones en fase beta, yo no.

—¿Por qué?

—Ella es más lista. —Jaden sonrió y desapareció la llama de su mano—. Y se lo toma más en serio. Para mi el entrenar los dones es como un juego, hay un momento en el que lo haces tanto que subes de nivel. Y yo a veces juego y a veces no. Lizet entrenó diariamente hasta que tuvo control total sobre los suyos.

Amber quería preguntar cuánto le había tomado a Lizet dominar completamente sus dones, pero se reservó la pregunta para sí misma.

—¿Qué es la retrocognición?

—Puedo ver el pasado, pero es uno de mis dones en fase theta. Sólo puedo ver el mío y el de personas que conozco, y solamente puedo utilizarlo si me duermo intencionalmente en el momento en el que quiero ver algo. —Jaden podía leer la expresión de la chica—. Sirve más de lo que crees.

En ese momento se escuchó el sonido común del elevador llegando al piso. La menor de los Laam salió de él y buscó con la mirada a su hermano y a Amber, cuando los encontró, ellos ya estaban mirando hacia ella.

Lizet caminó hacia ellos a paso acelerado tenía una sonrisa y una mirada de alivio en el rostro.

—Alexia ya despertó —dijo, y soltó un gran suspiro que tenía guardado en el pecho. Inmediatamente dirigió la mierda a su hermano—. Te he estado buscando.

—A veces se te olvida que puedes contactarme desde cualquier lugar.

—Te envíe un mensaje —contestó Lizet, frunciendo levemente el ceño.

«No me refería a eso», la voz de su hermano mayor se coló en su cabeza.

—A veces se te olvida que no me gusta usarlo.

Jaden se levantó rápidamente y movió la cabeza con dirección al elevador mientras volteaba a ver a Amber, quien ya se había levantado. Ambos habían estado esperando que Alexia despertara y querían ir a verla.

—No, esperen. No quiero caminar —dijo, para después tomar la muñeca de su hermana y la de Amber y llevarlos a los tres afuera de la habitación en la que se encontraba Alexia.

Lizet entró primero, seguida por Amber y al último Jaden. Los dos hermanos avanzaron y se quedaron cerca de Gabriel, quien estaba sentado al lado de la cama de Alexia. Ambos estaban callados, y a pesar de que lo que todos habían estado esperando era que la chica despertara, no se veían felices del todo.

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