Capitulo I : "Encontrando al objetivo"

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El mundo de los humanos era tan bonito, Chuuya se emocionaba cada vez que iba a dar un vistazo y a pesar de tener apenas dieciséis, disfrutaba aquella maravilla.

La vida de los humanos era muy distinta a la suya, pues el pequeño Chuuya siempre vivió entre seres espectrales que se dedicaban todo el día a enseñarle el arte del trabajo de un Shinigami. Se encargaban de instruirle la historia de ellos y también la de los humanos.

Sin embargo, lo que más disfrutaba Chuuya era cuando cada domingo por la noche abrían una arena donde todos los Shinigamis podrían entrenar su cuerpo. A pesar de que ellos no lo necesitaran, Chuuya cada vez que podía practicaba,ya sea con su guadaña o aprender disciplinas humanas, como lo eran las artes marciales. 

Estaba orgulloso de admitir que era el mejor peleador entre sus compañeros Shinigamis. 

Salir de su mundo, el cual apestaba a azufre o que no había nada más que oscuridad por todos lados, reconfortaba al joven Chuuya, quien con solo sentir la frescura de una tarde y poder contemplar las estrellas en el cielo, le hacia sentir un gran regocijo en su corazón. 

Se sentó en una banca que encontró, esperaba terminar pronto esta nueva recolección y poder visitar a Kouyou, su hermana mayor a quien siempre veía cada vez que iba al mundo humano. Ella en la actualidad era una adulta y tenía su propio departamento.

A pesar de haberle ofrecido un techo a su hermano para pasar tiempo de calidad juntos, el joven la rechazó, pues estaba decidido a cumplir su misión como Shinigami.

Con suma delicadeza abrió el pergamino, el cual lucía tan viejo y frágil que pareciera que se rompería en cualquier momento. Ahí aparecían los nombres de las almas que debían ir a buscar, además de la fecha de su muerte.

Dazai Osamu.

Era un hombre, Chuuya se preguntó cómo moriría, su edad y si tal vez tendría arrepentimientos. Los Shinigamis más experimentados, ya ni siquiera se preguntaban esas cosas, simplemente iban en búsqueda de su objetivo y se marchaban. Sin embargo, Chuuya siempre se preguntaba esas cosas, después de todo seguía siendo mitad humano.

Miró más abajo, donde estaba escrita la fecha de muerte y se llevó una gran sorpresa al ver que el objetivo moriría en tres meses más.

Nunca había sucedido esto, se preguntó si los superiores se equivocaron al enviarlo ahí en ese momento, pero ellos eran sabios y siempre hacían las cosas por algo. Debía vigilar al chico hasta que muriese.

Esperaba no lucir como un acosador, pues a pesar de todo la presencia de Chuuya era distinta de los demás Shinigamis, él era visible. Era fácilmente visto por los humanos, sobre todo si ellos eran personas cercanas a la muerte.

Algo que lo sorprendió es que el muchacho vivía en la misma ciudad que su hermana, podría pasar sus días con ella, al menos hasta que Dazai muriese y pueda recolectar su alma.

Lo observaría y no se involucraría con él. Después de todo involucrarse con un humano era peligroso y más si este era alguien cercano a la muerte, los superiores no querían que los Shinigamis interviniesen en la muerte de un humano. Aquello estaba prohibido.

Después de todo el destino de cada mortal estaba escrito desde que nacieron y no podía ser cambiado. Si un Shinigami interviene en la muerte de un humano seria gravemente sancionado. Su inmortalidad se perdería y moriría en una celda de inanición.

Chuuya era demasiado responsable con su trabajo y creía que eran estúpidos quienes morían de esa forma. Su padre había sido un desertor, pues abandonó su labor y entregó su inmortalidad a cambio de pasar el resto de sus días con su madre, pero jamás quebrantó la ley de salvar a un humano de la muerte.

Antes de perderte [Soukoku]Where stories live. Discover now