Trois 🈹

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A toda velocidad iban aquellos cuatro chicos, ya tenían pensado todo escapar al norte y vivir a base de la caza, no era una idea tan mala, ¿no? 

-Joder, deberíamos pasar a ya saben un banco y tomar otro auto prestado -hablo Gustabo un tanto nervioso- 

-Vale -respondió Trujillo y entre todos se dedicaron a buscar un banco, su plan era sencillo: sacar dinero, tomar un auto nuevo, comprar ropa e iniciar una vida nueva.-

Finalmente dieron con el dichoso lugar que buscaban, cada uno saco todo el dinero que tenían, pudieron divisar un automóvil que parecía vació, Trujillo iba a conducir al saber encender un auto sin la llave, estaban haciéndolo cuando al abrir una de las puertas se encontraron con una señora la cual empezó a gritar y algunos golpes soltaba que terminaban en el rostro de Gustabo quien había decido intentar abrir la puerta porque parecía estar cerrada, trato de no ocupar demasiada fuerza y jalo a la mujer tirándola al suelo para rápidamente subir cosa que todos hicieron.

-Joder que como la liamos -decía Segismundo ya bastante nervioso ante la situación-

-Ya, ya hombre que todo estará bien -lo trataba de calmar Horacio que no lograba nada- y Gustabo hombre ¿estas bien?, te juro que voy a ir por esa señora 

-Oh vamos que estoy bien

Llegaron a una tienda de ropa donde se cambiarían para evitar ser reconocidos, Gustabo y Segismundo cuando escucharon aquella voz tan característica.

-Vamos muñeca ya se que eres tu ¿donde están tus "amiguitas"? 

Gustabo se encontraba tenso y sabia que no habia forma de escapar de aquello, estaba acabando de ponerse una camisa cuando el super intendente abrio la cortina del probador.

-Vamos mariconeti 

Escoltaron a los fuera de la tienda, y si tres porque de alguna u otra forma Trujillo había logrado escapar, quizá suerte.

-Nenitas, si fueran mas discretos quiza no los hubiera pillado jaja, pero que digo hubieran hecho lo que hubieran hecho los hubiese atrapado por...

No pudo acabar porque termino en el piso, todos los presentes se encontraban incrédulos ante lo que veían, sin mas todos los oficiales que se encontraban presentes se agacharon para observar al hombre, los otros solo miraban con una misma duda ¿pero que mierda? 

Los minutos pasaban de forma lenta y tortuosa al no saber el estado del hombre, si bien sabían que estaba vivo ya que aun tenia pulso, llamaron a una ambulancia pero esta tardaría, por el hecho de la lejanía a la ciudad.

-¿Quien mierda me dio con el maldito inmovilisador? hablen o cada uno de ustedes les abriré un expediente 

Ni una palabra salio de la boca de los agentes 

-Bueno maricones, les abriré un expediente llegando a la comisaria y ustedes ya verán, vamonos de una buena maldita vez -dijo Conway para pasar su mano por su cabeza, otro día de mierda le llegaba- y el de la gorrita ridícula,vienes conmigo

-Claro super intendente -sin mas fue guiado al auto del hombre, mientras que sus amigos se fueron igual separados-

Lo unico que se escuchaba era el ruido del motor del automovil, tanto como Gustabo y Conway no decian palabra alguna, o bueno eso durante un tiempo hasta que el oficial decidio hablar.

-¿Que mierda te paso en el rostro? 

-Oh joder, bueno ya sabe accidentes 

-Claro -busco un lugar donde pararse y detuvo el coche, cosa que tomo por sorpresa a Gustabo el cual comenzaba a pensar en los peores escenarios posibles


Amor. IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora