Cap.22 "¿Que podría salir mal?"

Beginne am Anfang
                                    

Mirábamos el techo como si fuese algo demasiado interesante. Su cuarto estaba iluminado por el sol que entraba por la ventana. El acariciaba mi cabello mientras yo simplemente oía su respiración. Su pecho subía y bajaba armónicamente, lo que hacía que me relajara aún más ante su tacto.

Tenía atragantada un poco de comida aún por mi pequeño momento de locura y no sabía si debía decírselo a Nathan. Aunque ya lo había hecho, y el me había tratado como loca, no podía seguir ocultándolo.

Tal vez tenía que ir con un médico.

O un psicólogo.

Que va, Alison. Si tú estás más para un psiquiatra que para otra cosa.

Suspiré ante la duda de contárselo y me arrepentí al darme cuenta que él lo notó.

—¿Que sucede? —preguntó  deteniendo sus caricias en mi cabeza y me giré para verlo, apoyando mi peso en mis codos.

—¿Recuerdas cuando te conté de mi pequeño deja vú y me dijiste que estaba loca? —lo vi tragar saliva y su mirada se dirigió a mi—. Lo mismo me pasó entrenando esa vez y hace un rato en la mesa —sus ojos me escaneaban todo el rostro, buscando algo que le dijera si le estaba diciendo la verdad o si ya me había vuelto demente.

—¿Que viste? —me preguntó rápidamente al ver mi cara de preocupación, recordando a ese chico siendo perseguido por Jaden y otros más.

—Un chico. Corría por un bosque y alguien lo perseguía. Eran varios. —Parecía estar analizando mis oraciones con el mayor cuidado posible, porque no sabía si podía ser importante o incluso, ser real. —Jaden lo seguía. Y unos cuantos más que no reconocí —su mirada se desvió de mi pero no dijo nada. No se preocupó en lo absoluto ante la noticia, probablemente el lo sabía antes de que yo lo viera, incluso antes de que me secuestrara, el sabía de su existencia. Se remojó los labios y mi mirada se desvió a ellos, queriendo besarlos otra vez.

—Quizá era Elias, el recluta que tiene que llegar mañana —se encogió de hombros, como si no tuviese importancia—. Aunque si lo estaban persiguiendo, los estará guiando a nosotros. Tenemos que actuar más rápido que ellos —hizo una mueca con sus labios y me miró algo preocupado—. Ali, prométeme que tendrás cuidado —asentí con la cabeza, incapaz de decir nada por nuestra cercanía—. Si algo sale mal.. —quitó sus ojos de mi, clavándolos en algún punto fijo en su habitación, y negó con la cabeza— ...y te digo que corras, tu corres. —Ahora si me miró y sus ojos me decían que eso no era negociable. —Sin pretextos —acarició mi mejilla y colocó un mechón detrás de mi oreja.

Me imaginé corriendo como una desquiciada por el simple hecho de hacerle caso a Nathan.

—¿Que podría salir mal? —pregunté, alejando la imagen de alguno de ellos lastimado o sufriendo por algo.

Su rostro se retorció en una expresión de dolor. Cómo si yo no supiera en lo que me estaba metiendo, como si no tuviese ni la más mínima idea de lo que podía suceder.

—No lo sé, solo prométemelo. —Yo sabía que el se imaginaba algo horrible en su cabeza, quizá que yo fuese tan idiota de no contribuir a nada y permitir que mataran a uno de ellos, o peor, permitir que me mataran a mi misma.

Asentí con la cabeza, procurando recordar estar completamente concentrada mañana. Si no quería que nadie saliera herido, debía enfocarme.

—Te lo prometo —acaricié su mejilla y me acercó a él para besarme una vez más.

Podía jurar que nunca me cansaría de sus labios, y podría vivir o morir allí. Acarició mi pierna y me apretó contra su cuerpo.

La puerta se abrió de un segundo otro, despertando mis sentidos de alerta. Esperé estar vestida por un segundo y me alegré de ver que si lo estaba. Lista para arrojarle lo primero que encontrara a quien sea que había interrumpido sin previo aviso nuestra privacidad, Noel habló agitado.

Controversia (Saga completa)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt