Cap. 22

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Me bajo de la camilla del hospital con la nariz adormecida. 
Traigo una férula de yeso ya que el golpe me quebró el tabique. 
—¿Segura que quieres ir? —me pregunta Harry. 
—Seguirisima. 
—Es un mes, lugares donde hace frío y te va doler mas.
—Quiero ir. 
Nadie va a hacerme cambiar de opinión, quiero ir de vacaciones con Harry. 
Louis y Eleanor nos dejan en el aeropuerto internacional de LA y ahí tomamos nuestro avión destino a París, Francia.
Es de madrugada cuando llegamos a nuestro destino. Desde la ventanilla el paisaje es hermoso. La enorme torre Eiffel es increíble y el cielo lleno de neblina, las calles a penas tienen unas cuantas personas y autos ya que es muy temprano. 
Harry duerme a mi lado, pero yo no he podido pegar un ojo en toda la noche, la emoción puede conmigo.
La mujer pide que abrochemos nuestros cinturones por lo que todos despiertan.
El aterrizaje es rápido, después de ir por nuestras maletas y todo afuera ya esta claro. 
La ciudad es increíble, ver tantos franceses caminando por ahí, con su porte y estilo es emocionante. 
La habitación del hotel es hermosa. Tiene un estilo mediterráneo con paredes terracota y decorado del siglo XIII sin perder el toque moderno. Una chimenea de piedra da calor al increíble frío francés. 
Lo mejor de todo es que la habitación es doble y con abrir una puerta puedo dar a la habitación de Harry. 
Particularmente hoy estoy cansada 
Me pongo un pantalón flojo y un suéter blanco,  y me tiro a la cama a ver una película mientras espero que la pizza llegue. 
La puerta suena, el repartidor esta con un gran abrigo y una pizza grande en la mano. Le pago y le doy una buena propina. Me tiro a la cama y empiezo a comer pizza viendo Los juegos del hambre. 
Dejo la caja en la mesita de al lado y justo en ese momento Harry entra y se acuesta a mi lado.
—Los Juegos del Hambre. —dice.
Yo asiento.
Harry toma el control y apaga la tele, lo fulminó de inmediato. 
—Tengo frío. —se sube sobre mi. 
—Creo que puedo hacer algo por ti. —una sonrisa coqueta aparece. 
Mis labios bajan hasta su cuello y reparto pequeños besos con cuidado de no lastimar mi nariz. 
Mi boca sube hasta sus labios, los rozo lentamente y luego los atrapó de lleno. 
—Te voy a lastimar. —dice separándose. 
Lo ignoro por completo y le saco la camisa. 
Con mis dedos trazo su definido six pack y luego bajo hasta el botón de su pantalón. Lo desabrocho y con ayuda de mis pies bajo sus pantalones. 
—No es justo. —susurra a mi oído. 
Me siento y el me saca el suéter y la blusa de abajo, luego baja mis pantalones y mis bragas.
Desvestir con lentitud nunca ha sido lo nuestro. 
Las únicas prendas son sus boxers y mis calcetines. 
—Te voy a hacer el amor, en la ciudad del amor... —susurra a mi oído. 
"Hacer el amor" eso siempre me ha gustado oir. 
El teléfono suena, reconozco el tono como el de mi padre. 
—El señor llama. —beso su oreja. —Si no respondo va a preocuparse. 
Estiro mi brazo y de la mesita tomo mi teléfono, aplastó el botón verde.
—Hola papá. 
Harry esta metiendo sus manos en zona prohibida a la vez que muerde mi labio y realmente contener un gemido se me esta haciendo imposible. 
—_____ ¿Como llegaron?
—Bien. —gemí.
—_____ ¿estas bien?
—Escucha papá, estoy viendo porno ahora mismo y no puedo atenderte, llama después, Te amo. —corte.
—¿Con que viendo porno no? 
—Solo altere un poquito las cosas, no lo estoy viendo, lo estoy practicando. 
—¿Ah si? —mordió mi labio.
—Si. 
Y desde ese momento Harry me hizo el amor en la ciudad del amor... Ironía.

No era igual que te contaran como era admirar paris en la cima de la torre Eiffel a verlo con tus propios ojos.
Las luces amarillas y blancas llenaban mi vista. Todo era muy hermoso para ser real. 
Harry llego por detrás y me tomo de la cintura, pego su cuerpo al mio y hundió su cabeza en mi cuello. 
—¿Sabes que es mas perfecto que estar en paris? —susurro a mi oído. —Estar contigo.
—Te quiero. —cerré mis ojos y una tonta sonrisa apareció. 
—Yo te quiero el doble. —sentí su sonrisa aunque no lo veía.
—Yo te quiero el triple. —solté una carcajada. 
—Yo te quiero mas de lo que tardaría un obeso en subir a la sima de la torre Eiffel por escaleras. 
—Eso es amor. —fingí impresión. 
Harry rió. 
En una maniobra rápida me volteo, mi cuerpo quedo pegado en la barandilla por la espalda y por enfrente tenia a Harry. 
Su mano toco uno de mis cabellos sueltos y lo metió tras mi oreja, luego acarició mi mejilla. 
Se le hacia costumbre hacer eso.
—No importa cuan difícil parezca, no importa que tu padre me odie, no importa que lo nuestro sea mal visto por todo el mundo. No importa que tu tengas diecisiete y yo treinta y uno. No me importa ir a la cárcel o al mismísimo infierno. Lo único que me importa, es que tu me quieras tanto como yo te quiero a ti. 
Quería llorar, pero no de tristeza, si no de felicidad, de la inmensa felicidad que el me hace sentir.
De mi bolso saco un polvo compacto con espejo, lo abro y lo arrojo al suelo. 
Harry mira sin entender. El espejo se rompe en muchos pedazos, tomo el mas grande y filoso y agarro la palma de Harry. Hago una cortada no muy grande pero lo suficiente para que sangre. Harry quita la mano de golpe, yo hago lo mismo con mi palma y el me mira como si estuviera loca. Y creo que lo estoy.
—Dame tu mano. —ordeno.
El la extiende dudoso. 
Esta sangrando, al igual que yo. Junto nuestras manos, nuestra sangre. 
—Una promesa de sangre. —sonrio de lado. —Prometo que no importa lo que pase, no importa nada. Yo te voy a querer siempre y si es necesario, voy a vender mi alma al diablo por estar contigo.
Harry aun mira nuestras manos unidas impresionado, pero después una tonta sonrisa se forma en sus labios.
—Te prometo que no importa lo que pase, no importa el que dirán ni las consecuencias, nunca me voy a rendir, voy a luchar por ti hasta mi ultimo minuto de existencia.
Sus labios se acercan a los míos, sellamos la promesa con un perfecto beso. 

El mejor amigo de papá (Harry Styles y tú HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora